El opositor cubano José Daniel Ferrer subrayó la decadencia del régimen cubano y criticó la economía de la Isla en una entrevista online reciente con el Instituto Político para la Libertad (IPL), una organización no gubernamental con sede en Perú.
La entrevista, accesible en la página de Facebook de IPL, y bajo el título de Presos políticos en la Cuba del siglo XXI, se centró en la trayectoria del activista cubano como parte de la oposición al régimen de La Habana.
A raíz de la actual situación que atraviesa la Isla por el paso de la pandemia del coronavirus, Ferrer señaló que “La improductividad del sistema no es un invento nuestro, es un hecho que sufre el pueblo cubano y que se reporta día a día por el desabastecimiento, la falta de productividad, el abandono de la agricultura, la destrucción de la industria azucarera, ya tenemos que importar azúcar hasta de Francia”.
“Ahora mismo dicen que no tiene liquidez. Es una economía completamente quebrada y no por culpa de nadie que no sean ellos mismos, por su mal manejo, por su nivel de corrupción, por mantener la economía atada y no permitir que los cubanos produzcan con libertad y salgamos adelante con nuestros propios esfuerzos de la crisis que el régimen nos ha impuesto. Es una realidad” sentenció.
Calificó a la economía cubana como deficiente y centralizada con un corte soviético. “No lo decimos nosotros, la mejor confesión viene de las propias bocas de los dirigentes del régimen. Hace poco el mismo presidente Díaz-Canel preguntaba a los funcionarios que cuándo se iba a producir suficiente guarapo, en una nación que fue la primera en la producción de caña de azúcar del mundo durante mucho tiempo. No saben cómo producir guarapo de caña, no saben cómo producir jugos de frutas. No han podido solucionar el problema de que Cuba produzca limones. Incluso dijo un disparate de magnitud extrema como que la limonada es la base de todo, como si los cubanos pudieran vivir a base de limonada, cuando no azúcar hay suficiente”.
Criticó, además, la exportación cubana de médicos al extranjero y el carácter lucrativo de esta mal llamada “solidaridad”, con la cual la dictadura pretende generar una propaganda favorable que cubra todos los desmanes que se comenten al interior del país en contra de sus ciudadanos y los derechos humanos.
Desde los inicios del conversatorio las preguntas se dirigieron a ahondar en la trayectoria de Ferrer dentro del movimiento opositor en la Isla.
Comenzó su activismo desde edades tempranas gracias a la radio de onda corta que le enseñó a ver que el sistema del país “violaba los derechos y libertades de la persona y su propia dignidad”.
Durante el servicio militar se inclinó hacia la idea de la emigración para así alejarse de un país sin libertades civiles. Pero la caída del bloque comunista de Europa Oriental y las lecturas, muchas clandestinas, que acumuló en ese tiempo le hicieron asumir una postura: “No te vas de Cuba y vas a dedicarte por completo al respeto a los derechos humanos, la libertad, la democracia, la economía libre. Vas a luchar por la separación de los poderes del Estado, vas a luchar por elecciones libres y plurales, por todas esas cosas que son vitales para que una nación salga adelante, se desarrolle y pueda luchar o trabajar por su felicidad y que, por desgracia, no tenemos en Cuba. Aquí está mi lugar y es donde debo luchar”, expresó.
Sobre los ocho años y cinco días que sufrió prisión, por ser uno de los 75 encarcelados durante la Primavera Negra en 2003, contó las condiciones inhumanas en que vivió. En ese entonces el régimen le amenazó con matarlo si no se iba al exilio, pero él prefirió la muerte física a la moral.
Tras la Primavera Negra el mundo y las organizaciones por la defensa de los Derechos Humanos nombraron a estos presos como prisioneros de conciencia, hecho que desagradó al poder cubano.
“El mundo nos había reconocido como prisioneros de conciencia. Un agente de la policía política en Pinar del Río me dijo: el Comandante reconoce que de ahora en adelante la fórmula para encarcelarlos a ustedes es e uno en uno, no en grupo y con sanciones de carácter común. No podemos permitir que el mundo se solidarice con ustedes como acaba de pasar con el grupo de los 75".
Sobre su última estancia en prisión dijo que fueron los seis meses más difíciles pues lo llevaron al borde y le impusieron un severo aislamiento sin lecturas, ni derecho a escribir o llamar por teléfono.
Esta organización señaló, en un comunicado en redes, que Ferrer es un defensor de los derechos humanos reconocido internacionalmente. Además, es preso político y promotor de la iniciativa Cuba Decide.
En el documento se reconoce “la falta de participación política y elecciones libres por la persistencia de un partido único; así como, la falta de disposiciones para asegurar la separación de los poderes, mediante una Asamblea Nacional que sigue detentando varias potestades, y la falta de condiciones que brinden garantías para la independencia judicial”.