Enfermera cubana pide ayuda para salvar a su hija con cáncer

Legna Verdecia tiene un tipo de cáncer ocular, llamado retinoblastoma, que afecta específicamente la retina y que hasta ahora no responde ante la quimioterapia
 

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La enfermera cubana Mailyn Carbonell Mengana clama por ayuda para tratar el cáncer ocular que padece su hija de dos años, luego de haber agotado todos los tratamientos del sistema médico cubano. 

La niña, Legna Verdecia Carbonell, presenta un tipo de cáncer ocular, llamado retinoblastoma, que afecta específicamente la retina y que hasta ahora no responde ante la quimioterapia. Su madre cree que si más personas se suman a ayudarla tal vez la pequeña pueda recibir el tratamiento adecuado fuera de la Isla.

Luego de un año del diagnóstico de la enfermedad, Carbonell Megana confesó a Cubanet que “la niña ha recibido todos los tratamientos clínicos disponibles en el país y que, según le especificaron los especialistas, no se puede hacer nada más, excepto extirparle el ojo”.

La enfermera, residente en la barriada de Santo Suárez del municipio Diez de Octubre, contó que tras varios intentos fallidos “ya se le había suspendido la quimioterapia porque no le estaba haciendo efecto y seguían saliéndole tumores. Entonces el médico dijo que había que continuar con otro tratamiento con resultados en países subdesarrollados: el carboplatino”.

“Iba respondiendo muy bien al nuevo tratamiento… Cuando ya se esperaba que no tuvieran que ponerle ninguna otra dosis, en el ojo derecho volvieron a salirle muchos tumores”.

La radioterapia podría ser la otra posible opción para intentar frenar la dolencia de Legna, pero en infantes como ella puede ser letal. Ante el desespero de la madre, su médico le informó que existen otras variantes, pero solo en países desarrollados.

“Mientras haya una esperanza voy a luchar por mi hija, esté el medicamento donde esté, en cualquier rincón del mundo”, afirmó Carbonell Mengana.


Las declaraciones del especialista de su hija le dieron esperanzas y es esa la razón de que esté buscando ayuda y apelando a la solidaridad de otros. Su fin es salvar la visión y la niña, aunque no tiene mucho tiempo pues la enfermedad avanza con rapidez.

“Yo sé que muchas personas se van a solidarizar con la situación. Yo digo que mientras se le puedan salvar los ojitos a la niña tenemos derecho a hacer algo”, dijo la madre. “Le pido a todas las personas del mundo que me vean que me ayuden”, suplicó la madre.

Ahora mismo cualquier intento de la comunidad internacional por asistirla sería casi imposible. La actual situación epidemiológica que atraviesa el mundo por la COVID-19 tiene paralizado cualquier proceso de tramitación de visas, y los viajes fuera y dentro de la Isla. Tal panorama no amilana a esta enfermera cubana que tiene esperanzas en que todo pueda resolverse sin extirparle el ojo a su hija.

Varios obstáculos se suman ahora a su pedido. Cuba posee una larga lista de ejemplos donde el burocratismo ha frenado los más humanos intentos de salvar la vida de pacientes con patologías complejas. 

En 2018, Rocío Bustamante Riverón, una niña de cuatro años de edad, paciente de linfagioma orbitario profundo no pudo atenderse en un hospital canadiense por las innumerables trabas que antepuso el Ministerio de Salud Pública del régimen cubano.

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