El régimen castrista presidido por Miguel Díaz-Canel espera que los cubanos donen dinero para cofinanciar la producción de alimentos y otras actividades económicas en todas las provincias del país y el Municipio Especial Isla de la Juventud, según se supo este lunes en la reunión diaria del ejecutivo sobre la crisis del coronavirus.
El viceprimer ministro Alejandro Gil Fernández informó “la decisión de abrir cuentas bancarias en las provincias para recibir donaciones en efectivo, en cup (pesos cubanos) o en CUC (moneda que en Cuba es equivalente al dólar), de las personas naturales que lo deseen hacer ante la situación creada en el país por la pandemia”.
Esos recursos, dijo, “se van a utilizar por las instancias territoriales para el desarrollo de la producción de alimentos. Además, se regulará el caso de los donativos de las personas jurídicas estatales”.
Gil Fernández, quien además es el ministro de Economía y Planificación, explicó que se regulará la donación gubernamental, mediante un decreto, que establecerá el depósito en esas cuentas de toda o parte de la recaudación de empresas estatales en concepto de obras y servicios cobrados al sector privado.
En algunos casos, hay empresas estatales que realizan trabajos a entidades privadas y “vamos a regular que esos ingresos se depositen” en las nuevas cuentas de donativos populares para la producción de alimentos, explicó el funcionario.
El Banco Central de Cuba abrirá las cuentas en los próximos días en cada territorio, informó el ministro sin precisar la fecha de entrada en vigor de la iniciativa gubernamental que pide donaciones a sus ciudadanos, pero limita la inversión de los mismos en los negocios.
Desde hace años el país atraviesa una crisis económica agudizada por estos días debido a la pandemia del coronavirus, que ha destruido entre otros renglones la industria turística, una de las ultimas tablas en medio del naufragio cubano, pero cuyos ingresos a la economía insular ya habían caído en el 2019 un 9.3%. En la isla, el desabastecimiento y las grandes filas para intentar comprar alimentos son comunes y más durante los últimos meses.
El gobierno cubano reconoció a fines de abril los efectos del coronavirus en la crisis económica que arrastra desde hace varios años y dijo que considera aplicar medidas tomadas durante el llamado Período Especial, incluido el racionamiento y el control de precios de los productos básicos.
Mientras desde el Palacio de la Revolución el régimen pide donaciones de dinero para reflotar su propia gestión ineficiente, la Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (Flamur) anunciaron recientemente el inicio de la campaña “Sin Campo no hay País”.
Los campesinos solo piden flexibilidad a las condiciones en que producen y comercializan a fin de asegurar la comida de las familias y evitar que la crisis desemboque en hambruna en la isla.
Según el comunicado sobre la campaña, los campesinos demandan del gobierno de Cuba cinco medidas, a saber: libertad para la producción y distribución de sus productos, así como para fijar los precios de acuerdo al mercado.
También, quieren tener libertad para importar y exportar directamente, incluso de Estados Unidos, donde está comprobado que las leyes de ese país no lo impiden, porque son campesinos independientes. Asimismo, piden al régimen eliminar por diez años todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos, y entregar títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.