Landy Fernández Elizástigui, el hermano de Luis Robles Eliazástigui, declarado Convicto de Conciencia, afirmó que no dejará de buscar ayuda legal y denunciar su arresto arbitrario.
El pasado 4 de diciembre, el joven de 28 años y sin filiación política conocida, se plantó con un cartel improvisado en el boulevard de San Rafael en La Habana, pidiendo la liberación del rapero contestario Denis Solís, condenado a ocho meses por "desacato" en un juicio sumario sin garantías legales.
"Libertad. No más represión. #free-Denis [Solís]", decía el cartel que el joven mostraba hasta que se lo arrebataron agentes de la policía del régimen y por el que ha sido acusado por los “delitos” de "propaganda enemiga" y "resistencia”, y le piden una sentencia de seis años.
En entrevista exclusiva con 14ymedio, Landy Fernández (26 años) refirió que Luis siempre "ha pensado diferente respecto al régimen". "(…) simple y llanamente se cansó, dijo basta y quiso protestar pacíficamente, para mí fueron esos los motivos", dijo.
Hasta Villa Marista, principal centro de operaciones de la policía política cubana, fue Landy para obtener información sobre el caso de su hermano. Allí fue recibido por un instructor de la Seguridad del Estado, quien le informó que Robles había sido multado con 1.000 pesos.
En los documentos que Landy obtuvo sobre el arresto de Robles, se refería que a su hermano le imputaban "actos contra la Seguridad del Estado", acusaciones que luego fueron modificadas.
Inicialmente los familiares de Robles presentaron un Habeas Corpus que le fue negado. Actualmente, Robles Eliazástigui -graduado de informática y natural de la provincia de Guantánamo-, se encuentra en la cárcel Combinado del Este de La Habana.
Desde su detención Roble no ha podido recibir la visita de sus familiares y ha permanecido incomunicado en varias ocasiones. Además ha denunciado que se le prohibió en la prisión en acceso a medicamentos que necesitaba, fue ubicado en celdas de castigo y hostigado por agentes y otros reclusos mandados por funcionarios de la cárcel.
También se conoció que la Seguridad del Estado le propuso “reclutarlo a cambio de la libertad condicional”.
“A partir de que llegó al Combinado del Este, en los primeros días de enero, fue que pudimos hablar por teléfono y que comenzó a contarme las experiencias que estaba teniendo allá dentro, de los malos tratos, de las amenazas, de la represión. Un día lo golpearon, lo desnudaron, lo mojaron y lo cambiaban cada dos horas de una celda a otra. En el momento de esa llamada, yo estaba en la oficina de la dirección de prisiones en 15 y K con mi madre, que vino de Guantánamo para ver si ella podía hacer algo que yo como hermano no podía. Nos estábamos entrevistando con una empleada de atención a la población y cuando Luis me confirmó de esas torturas tuve la posibilidad de hablar con esa señora y ponerle la llamada de mi hermano con su denuncia para que lo escuchara de su propia voz”, relató a 14yMedio, Landy.
“Me dijo que iban a ordenar una investigación para saber si era cierto, pero la cosa quedó ahí. Yo fui a Fiscalía General, me dijeron que hiciera una carta haciendo la denuncia y que me iban a dar una respuesta en 60 días, pero ya pasaron y todavía no he recibido respuesta”, detalló.
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Landy contó que también ha tenido vigilancia en su vivienda por agentes de la Seguridad del Estado, quienes lo han sometido arbitrariamente a arresto domiciliario y también le cortan el acceso a internet.
“Hace poco vinieron dos agentes a pedirme que parara con mis publicaciones en las redes porque si no me puede pasar lo mismo que a mi hermano, una amenaza directa. Pero a mí me da igual porque yo no tengo miedo, no voy a dejar de pedir libertad para mi hermano. Mi papá me ha llamado desde Guantánamo para intentar frenarme pero yo le digo que son otros tiempos, que en su momento él hizo lo que le pareció conveniente y que yo voy a hacer ahora lo que entienda”, afirmó.
Landy ha conocido además por los testimonios de su hermano, de “muchos abusos de los oficiales con los presos. Que los esposan y los golpean hasta que lloran, que son hombres de 40 y 50 años llorando como niños chiquitos de los golpes que les dan”.
“(…) mi hermano no ha cometido ningún delito. En ninguna parte del mundo es un crimen salir pacíficamente con un cartel”, dijo el joven.
Organizaciones defensoras de derechos humanos, también han denunciado el arbitrario encarcelamiento del joven, que marca un "aumento de la represión" en la isla y según advierten el régimen busca "enviar un mensaje" para evitar que protestas de este tipo se repitan en el país.
"En el contexto en el que ocurrió queda claro que Luis Robles fue visto un chivo expiatorio con el que se quiere enviar un mensaje a los que quieran protestar de cómo van terminar", dijo a BBC Mundo Javier Larrondo, director de la ONG Prisioners Defenders, que asesora a la familia de Robles para presentar el caso ante organismos internacionales.