Como estaba previsto, comparece Miguel Díaz-Canel en el espacio televisivo La Mesa redonda, para abordar las nuevas medidas que adoptará el Gobierno cubano y sus autoridades sanitarias para reforzar el enfrentamiento a la presencia en nuestro país de la COVID-19.
En su intervención el presidente del régimen de los Castro detalló algunas de las medidas adoptadas por la administración del país entre las que destaca el cierre de la frontera, implementada por otros estados y tan reclamada en los últimos días por la población.
Otros países latinoamericanos, como es el caso de Argentina, ya ordenaron el aislamiento social preventivo y obligatorio en un intento por combatir el brote de coronavirus.
"Nosotros tenemos que partir por la situación global. La situación global hoy se caracteriza por una pandemia mundial, y tenemos que decir que estamos ante un desafío inédito. Es un hecho de una envergadura que no ha ocurrido en los últimos siglos", expresó Diaz-Canel al inicio del programa.
Precisó que el cierre de la frontera contempla alguna flexibilidad, la cual incluye la entrada de cubanos y extranjeros residentes que en estos momentos se encuentran fuera del país, y los turistas ya presentes en la isla podrán salir, pero a partir del martes próximo no podrán entrar más turistas extranjeros.
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"Vamos a regular la entrada por las fronteras del país, dejando solo autorizada la entrada de los residentes en cuba, con la flexibilidad de garantizar la cooperación con otros países".
Sobre el impacto económico del coronavirus en la isla reconoció que hay personas que han demandado aislamiento social o la llamada cuarentena total. "Ellos deben considerar que para que la mayor parte de la población y de la sociedad se aísle hay otra parte que no puede cesar en sus actividades porque tiene que garantizar las ‘actividades que le dan vitalidad a la vida’ del país".
"No se cierra la actividad comercial y pueden entrar los que son residentes en Cuba. Ustedes saben que hay varias categorías de los que son residentes en Cuba…pero bueno no me voy a detener en eso", expresó Diaz-Canel, y aseguró además que con estas medidas de cerrar las fronteras no se afectará la entrada de mercancías a Cuba.
Indicó que, aunque consideran que Cuba se encuentra aún en una fase pre-epidemial y que las medidas tomadas por el gobierno están en cumplimiento con los protocolos internacionales, decidieron cerrar fronteras "para adelantarse a otra etapa". Esto implica evitar que el número de pacientes que requiere hospitalización no crezca de golpe sino gradualmente, ya que podría ocasionar un posible colapso sanitario como ha ocurrido incluso en países desarrollados.
Asimismo expresó que "Hemos decidido intensificar el trabajo de detección y aislamiento para evitar en todo lo posible el contagio y la transmisión de la enfermedad".
También dijo que dejarán entrar y salir a los médicos tanto cubanos como extranjeros que viajen hacia o fuera de Cuba por colaboración médica.
Con respecto al impacto del virus de Wuhan en el país dijo que "hoy la principal afectación que tenemos con epidemias o enfermedades, no es precisamente con el COVID-19 si no otros virus o enfermedades respiratorias que tienen hoy una mayor presencia, sobre las cuales tenemos más enfermos y más afectaciones en nuestra población", expresó Diaz-Canel.
"No puede haber pánico ni puede haber exceso de confianza", expresó el mandatario cubano.
Al espacio televisivo también comparece el primer ministro Manuel Marrero y otros ministros del gobierno.
Según indicó Marrero las nuevas medidas tendrán una duración de 30 días a partir del próximo martes, y dijo que el cierre de fronteras "no es una decisión apresurada, no es una decisión improvisada".
"Estamos regulando las salidas por un tema de protección a nuestros compatriotas", expresó el primer Ministro.
"Dejar claro que no es un cierre de nuestras fronteras", expresó Marrero y agregó que con las medidas lo que se estaba era "regulando la entrada al país de personas salvo aquellos que son residentes" en el territorio nacional.
En este sentido explicó que la medida afectará tanto la entrada aérea como marítima y para las personas que llegan al país en barcos mercantes si deciden bajar tendrán que ser sometidos a vigilancia.
En cuanto a la entrada de mercancías que arriban al país se mantiene con regulaciones para las personas de la tripulación, las cuales deberán permanecer en el barco y continuarán los aviones que transportan carga.
Las tripulaciones no tendrán libertad de movimiento, estarán en un lugar específico y bajo vigilancia médica.
Por otro lado precisó que en estos momentos se encuentran un promedio de 60,000 extranjeros en el país, los que están saliendo en grupos de 13,000 al día.