El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) donó este miércoles a Cuba 19 toneladas de leche en polvo para “instituciones hospitalarias”, mientras el régimen vende ese alimento de producción nacional en las exclusivas tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
Según reportó la prensa oficial, la leche beneficiaría a unos 6 000 menores en instituciones hospitalarias pediátricas del occidente del país. Deborah Rivas, viceministra cubana del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, agradeció el regalo y culpó de la falta de alimentos al “complejo escenario por la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos”.
En un acto político en el Hospital Pediátrico “Juan Manuel Márquez”, de La Habana, uno de los centros de salud favorecidos con el donativo, la viceministra aseguró que “a pesar de las difíciles condiciones en que se desempeña la economía cubana, el país sigue exhibiendo indicadores de salud en edades pediátricas equiparables a los de naciones más desarrolladas”.
Alejandra Trossero, representante de la Unicef en Cuba, explicó que la donación, valorada en 85 000 dólares, irá a hospitales de Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque y Matanzas.
Según el medio oficialista Cubadebate, en los años 2020 y 2021 la Unicef entregó para el “enfrentamiento de la pandemia”, recursos por valor de más de 5 millones 300 000 dólares, además de jeringuillas, medios de protección, neveras y equipamiento vital como una ambulancia, una planta de oxígeno, y equipos de ultrasonido.
El régimen comunista utiliza la escasez de leche y otros productos para pedir donaciones y victimizarse con el embargo de los Estados Unidos, aunque una de sus excepciones es el envío de “ayuda humanitaria”. El Departamento de Estado de EE. UU. recordó esta semana a individuos, organizaciones y bancos que pueden contactar con el Buzón Humanitario para Cuba, si desean enviar alimentos e insumos médicos.
“Nuestro equipo es un gran recurso para facilitar las exportaciones y donaciones de bienes humanitarios a Cuba o responder a cualquier pregunta”, informó la Embajada de EE. UU. en La Habana.
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Washington “apoya constantemente al pueblo de Cuba. Estamos trabajando con ONGs y grupos religiosos para facilitar las exportaciones de equipos médicos y relacionados con la salud, alimentos básicos, artículos básicos y productos de higiene donados por ciudadanos estadounidenses”, añadió en Twitter Brian A. Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Mientras, el gobierno cubano vende leche en polvo de producción nacional en las tiendas MLC, concebidas para quienes pueden acceder a tarjetas magnéticas cargadas con dólares o euros enviados por sus familiares en el extranjero. El pasado 18 de enero el cubano Oscar González denunció la venta de leche de la marca local Matilda, en el mercado de Camagüey y Boyeros en La Habana.
“Yo mismo tomé la foto. A la cara asere... ¡Y cubana! ¡Díganme que no es cierto! En MLC, ¡Por Dios!”, dijo el cubano en redes sociales.
La leche en polvo y otros lácteos también se venden online, a través de tiendas digitales como la vinculada a Beatriz Alonso Becerra, cuñada del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, una de las figuras más poderosas del gobierno. Otros negocios similares se emprenden con la anuencia del régimen, como los del empresario Hugo Cancio, un cubanoamericano cercano a La Habana.
El pasado año Cancio y su tienda online Katapulk, autorizada a operar en la isla, se vieron envueltos en una polémica en redes por la venta de leche en polvo a precios que oscilan entre los 65 y los 289 dólares, en medio de la escasez del producto declarada por el régimen y el incumplimiento o atraso en la venta a cubanos a través de la canasta normada.