Tras destruir ganadería en Cuba, régimen “libera” carne de res

El castrismo anunció una serie de medidas para “potenciar la producción de alimentos”, entre ellas la autorización a que los campesinos vendan por su cuenta la carne de res que producen, así como la leche y sus derivados
Ilustración de Fidel Castro ordeñando reses. Imagen: Martínez, tomada de El Confidencial
 

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El régimen cubano anunció este martes una serie de medidas para “potenciar la producción de alimentos”, entre ellas la autorización a que los campesinos vendan por su cuenta la carne de res que producen, así como la leche y sus derivados, aunque con condiciones.

Solo una crisis profunda y una volátil situación social, movió a los dirigentes castristas hacia algunos reclamos que han hecho los agricultores y la población durante décadas, y que dichos en cualquier lugar del mundo parecieran una obviedad.

Los medios de comunicación oficialistas informan que luego de una reunión de Miguel Díaz-Canel y otros jerarcas del gobierno, “se autoriza la venta liberada de leche y sus derivados a partir del cumplimiento de indicadores establecidos por la ganadería, la calidad e inocuidad y el plan de entrega contratada; así como la comercialización de carne de ganado menor y mayor”.

No obstante, el productor privado no puede disponer a plenitud de los animales y de lo que ellos se obtienen, aunque formalmente les pertenezcan. La venta de carne de res, equino y otros reglones ganaderos, solo sería legal “después de cumplir con el encargo estatal y siempre que se garantice que no haya decrecimiento de la masa ganadera”, reportó Cubadebate.

El anuncio ha sido recibido sin demasiado entusiasmo. “Es una muestra del poco respeto que siente la cúpula gobernante por el pueblo cubano y lo poco que están dispuestos a ceder aun cuando se encuentran con el agua al cuello”, opinó el periodista y académico José Raúl Gallego.

“En un ambiente de desabastecimiento crónico, con un descontento e irritación social galopante y a tres días de su Congreso [del Partido Comunista], una de las medidas que lanzan para hacer creer que hay cambios y que las personas estén contentas es que, después de cumplir los contratos de entrega, los campesinos podrán vender la leche y la carne de res que produzcan. O sea, en pleno siglo XXI estos ineptos presentan como un logro lo que en la época medieval podían hacer los siervos luego de que pagaban el tributo a los reyes”.

“Confiamos en nuestros productores; en nuestra empresa estatal, que se tiene que fortalecer; en el sector cooperativo; y en nuestro campesinado, porque ustedes son actores que nacieron y se desarrollaron con la Revolución, que se dignificaron con la Revolución, y ustedes también le han aportado a la Revolución”, dijo Díaz-Canel y habría que preguntar si alguien le creyó. Lo cierto es que nada como el castrismo ha sido tan efectivo para destruir la agricultura y el ganado en Cuba.

En la isla la carne de res se convirtió en un verdadero lujo que hasta ahora podía costar la cárcel durante varios años a los cubanos, por venderla o comprarla ilegalmente, aunque el régimen ya la ofertaba en algunas de sus tiendas MLC, que venden en dólares.

Ahora el régimen asegura que todo cambiará mediante “63 medidas para potenciar la producción de alimentos, de las cuales 30 se consideran con prioridad y algunas de carácter inmediato”.

“Ustedes [los campesinos] nos han alertado, nos han inducido a buscar un grupo de transformaciones que ya no podíamos postergar más en el tiempo”, reconoció el mandatario designado por Raúl Castro.

Además de las mencionadas, entre las nuevas disposiciones está la de reducir las tarifas de electricidad y agua en todas las actividades agropecuarias, que serán “fijas durante todo el año, con independencia de la fluctuación de los precios del petróleo en el mercado internacional y la estructura de generación interna”.

Se decidió mantener el precio al que el Estado compra a los productores el litro de leche de vaca a 7.50 CUP; en el caso de que se cumpla o sobrecumpla el plan de entrega mensual a la industria, el costo será de 9.00 CUP. Hasta el momento poco más se conoce sobre las nuevas medidas.

 

Nuevo ministro de Agricultura

El Consejo de Estado de Cuba nombró este 13 de abril a Ydael Pérez Brito como ministro de Agricultura, según informaron hoy medios oficiales de la isla.

Pérez Brito, de 48 años de edad, es ingeniero agrónomo. Se desempeñaba como viceprimer ministro y sustituye al antiguo “jefe” de la cartera, Gustavo Rodríguez Rollero que, como es común en la retórica del régimen, “pasará a cumplir otras funciones”.

Cubadebate asegura que fue nombrado como viceministro primero de este organismo Rodolfo Rodríguez Expósito, actual presidente del Grupo Empresarial LABIOFAM.

El nuevo ministro del régimen, como el anterior, y su antecesor, y los que vengan tras él, tendrán bajo su responsabilidad uno de los sectores más improductivos de la economía cubana, al punto de ser incapaz de garantizar alimentos suficientes para toda la población.

Según datos del Ministerio de Agricultura, la isla dispone de unas 6 millones de hectáreas de tierra cultivable. Las empresas estatales y las antiguas UBPC gestionan alrededor del 54 %. Sin embargo, solo producen alrededor del 20 % de lo que se comercializa para abastecer a la población.

Los productores privados con un 38 % de la tierra producen casi el 80% de todo lo que reporta Cuba en alimentos. Entre los productores privados existen en estos momentos casi medio millón de “finqueros”, o personas que operan parcelas de tierra cedidas en libre usufructo por el estado cubano con casi 2 millones de hectáreas.

Cuba importa más del 60% de los alimentos que consume y, actualmente, vive una de las peores crisis alimentarias de su historia, con una escasez generalizada de alimentos tanto en el campo como en la ciudad.

 

Imagen de portada: Ilustración de Martínez, tomada de El Confidencial

 

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