Casi van a ser tres meses desde que el pasado 10 de julio se hiciera pública la denuncia de Juan Andrés Bocourt Muñoz referente a un vertimiento de aguas albañales con más de 15 años en el municipio capitalino de La Lisa.
En ese momento Juan Andrés explicaba que ya los vecinos habían realizado incontables gestiones a lo largo de todo ese tiempo, y que ni en estos momentos, a pesar de la crisis epidemiológica generada por la COVID-19, las autoridades le habían dado una solución al problema.
"La referida zona se inunda, el agua putrefacta vierte a un río. Para acudir o regresar del consultorio médico hay que transitar obligatoriamente sobre el vertimiento", explicaba Andrés y señalaba, que era inadmisible que por más de 15 años, y con tantos intentos fallidos, Aguas de La Habana no haya podido erradicar esa inmundicia.
"Esta cruda realidad la vivimos hoy desde nuestros propios hogares quienes permanecemos confinados en aislamiento voluntario", lamentaba.
Apuntaba además, que entre los vecinos afectados por esta problemática se encontraban grupos de personas venerables, y que nada justificaba que una situación como esta aun no hubiera sido solucionada.
"Somos población generalmente envejecida, enfermos, embarazadas, mujeres y niños pequeños, que nos sentimos desprotegidos ante este abandono. En nuestro caso sobran las comisiones y justificaciones y urgen hechos concretos", concluía.
La respuesta a la denuncia de Juan Andrés fue hecha pública este 29 de agosto, a través de una carta enviada a la redacción del diario estatal Juventud Rebelde el pasado día 17.
En la carta, firmada Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, se aclara que esa entidad "no es quien ejecuta la labor de saneamiento en los tanques sépticos, acción que evidentemente es la solución del vertimiento existente en dicha dirección".
Y agrega que, "por la saturación de esos tanques, el sistema de alcantarillado presenta una obstrucción. Por ello, Aguas de La Habana hizo gestiones con la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos para coordinar con la Empresa Provincial de Saneamiento Básico de La Habana lo que es de su responsabilidad: la limpieza y escombreo mencionados".
El 31 de julio Juan Andrés volvió a escribir al Juventud Rebelde insistiendo en que la situación se mantenía igual: "Se trabajó con hombres y equipos unos días, y hace algo más de una semana dejaron de venir inexplicablemente. En todo este tiempo muchos directivos superiores corroboraron in situ lo planteado, pero solución definitiva, ninguna".
Este 28 de agosto Bocourt envió otra carta a la redacción del mencionado diario señalando que ya había regresado la brigada. "Depositó materiales y comenzó a trabajar. Hizo dos registros, picó la calle y abrió una zanja que evacúa parte de las albañales hacia el río. Y hace más de dos semanas que no ha vuelto", concluye.
A pesar de las denuncias ninguna institución se da por aludida en este caso, y mientras tanto los vecinos del lugar continúan sufriendo tan deplorable situación.