Entre aguas albañales y heces fecales viven estos vecinos del barrio San Pedrito, en Santiago de Cuba, como lo muestra el comunicador y activista opositor Ari Guibert en un video.
Niños, mujeres y ancianos viven cerca de esas inmundicias y no tienen recursos para arreglar sus casas ni las tuberías que vierten sin cesar los desperdicios humanos. Varios reclamos a las autoridades de la provincia han sido infructuosos.
Las imágenes muestran un largo pasillo lleno que se llena de aguas albañales cuando las tuberías se desbordan. Los vecinos pidieron la donación de un local cercano para vivir, pero las autoridades no se lo dan porque “le falta un cable”, al parecer eléctrico.
“Así quieren ellos que el pueblo los aplauda y siga diciendo ‘viva’ todos los días”, recordó el comunicador mientras mostraba hasta dónde llegaba el vertimiento: la calle.
Muchos santiagueros viven en condiciones similares a la de estos vecinos de San Pedrito, debido al deterioro generalizado del fondo habitacional, sobre todo en la periferia de la ciudad. El régimen prácticamente no construye casas, mientras los pobladores tienen pocos o ningunos recursos para construir por su cuenta.
El 21 de octubre, habitantes de la misma ciudad, pero del barrio Sagarra, reportaron Aguas albañales, enormes grietas en las calles, enfermedades y enjambres de insectos en los alrededores de Pérez Andrés, entre Mártires del Virginia y Bonifacio Byrne.
“Es demasiado. Dentro de la casa los niños tienen catarro y siempre estamos llenos de bichos, pero nadie hace nada. Hemos visto a la delegada y todas las autoridades, pero es por gusto”, denunció una de las vecinas, madre de familia.
En las imágenes se ve una calle en total abandono, que probablemente no ha sido reparada a fondo en años. Todas las aguas albañales vierten hacia afuera e inundan la avenida. En el centro, es perceptible un viejo ducto muy anterior a 1959, que salió al asfalto debido al deterioro del pavimento.
Los vecinos de una barriada de Marianao, en La Habana, viven desde hace seis meses entre aguas albañales sin que contantes reclamos a las autoridades cubanas hayan surtido efecto. Hoy están en peligro de enfermar por dengue y otras enfermedades.
Los usuarios Alicia Alonso y Jonathan Fernández reclamaron en redes sociales el total abandono de la zona, en calle 108 entre 89 y 91, un rincón periférico y pobre de esa municipalidad capitalina. Hay niños en la zona, la población más expuesta a los contagios.
En las imágenes pueden verse calles totalmente inundadas y a los lugareños tratando de lidiar como pueden con las aguas albañales. “Espero que esta vergonzosa situación de descuido por las autoridades cubanas sea atendida, porque en esto les va la vida a muchos cubanos, y sobre todo a niños”, reclamó Alonso.
El 28 de septiembre, ADN Cuba se hizo eco de una carta enviada a su redacción donde se denuncia que desde antes de que empezara la pandemia un grupo de vecinos en la ciudad de Santa Clara vive rodeado de aguas albañales.
Según relata en su carta, meses antes de la COVID-19, en esa cuadra "se presentó una tupición de aguas albañales, exactamente al frente de una vivienda, y fluía directamente hacia la calle, llenándolo todo con una fetidez e insalubridad imposibles de resistir". Todavía hoy su situación sigue siendo la misma.
Mientras tanto, el régimen exige que se respetan las medidas sanitarias para detener el avance de la pandemia en la isla. Una de las santiagueras recordó justamente eso: cómo era posible que se pidiera conservar la higiene y al mismo tiempo se permitieran “barbaridades” como la que ella tiene que soportar delante de su casa.