Sancti Spíritus declara toque de queda luego de brote de la COVID-19

Un brote de coronavirus con al menos cuatro casos confirmados hasta este miércoles, provocó que las autoridades del régimen en la provincia de Sancti Spíritus declararan un toque de queda y otras medidas más estrictas para intentar atajar la vuelta atrás en la epidemia
Personal sanitario protegido contra coronavirus, realiza análisis a pacientes en Sancti Spíritus
 

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Un brote de coronavirus con al menos cuatro casos confirmados hasta este miércoles, provocó que las autoridades del régimen en la provincia de Sancti Spíritus declararan un toque de queda y otras medidas más estrictas para intentar atajar la vuelta atrás en la epidemia que se vive en varios territorios de Cuba.

Según expresó el martes el corresponsal de la televisión oficialista, en esa provincia desde hacía cuatro meses no se reportaban contagios “autóctonos de COVID-19”, por lo que “ante la confirmación de más casos positivos en otras provincias como la cercana Ciego de Ávila, aquí no se dudó en extremar las medidas de prevención”.

Sin embargo, este miércoles se supo la verdadera razón, que seguramente no desconocía el periodista vocero del gobierno local, aunque la obvió en su reporte: en la conferencia nacional del Ministerio de Salud Pública (Minsap), entre los 82 casos informados, cuatro pertenecen a Sancti Spíritus.

Desde el 31 de agosto el Consejo de Defensa Provincial dispuso el regreso al “uso obligatorio” de la mascarilla sanitaria, y la reactivación de 12 puntos de control ubicados en los límites con Ciego de Ávila, Villa Clara y Cienfuegos. Asimismo, comenzó la realización de exámenes de PCR en los llamados sitios centinelas, a saber: “instituciones sociales y centros de trabajo en los que por distintas causas puedan existir riesgo de contagios”, según la nota televisiva.

Anuncio que días después de puestas en vigor esas medidas, se decretaron otras ahora vigentes: “a partir de las 10 de la noche y hasta las 5 de la madrugada, se restringe la movilidad de la población. También se suspendieron las fiestas que pueden generar aglomeraciones, y se prestan hasta las 9 de la noche los servicios gastronómicos en restaurantes, bares, cafeterías y otros centros nocturnos”.

Otra disposición anunciada por los medios de propaganda, es la de que los productos de alta demanda solo se venden a pobladores de la provincia, “por núcleo familiar y presentando el carnet de identidad”.

“Para adquirir productos de primera necesidad, como aceite, pollo y detergente, es preciso portar la libreta de abastecimiento”, incluso en tiendas CUC, informaron.

El reporte de la televisión oficial “asegura que en muchos lugares las personas no mantienen el distanciamiento físico, ni se les exige con rigor”, por lo que responsabiliza nuevamente a los ciudadanos, eximiendo al Estado “protector”.

Las autoridades sanitarias de Cuba reportaron un número alto de casos al cierre del 8 de septiembre: 82, lo que eleva la cifra total a 4459, desde que se reportara el primer diagnóstico a mediados de marzo.

La Habana es la provincia con mayor número de enfermos. Por esta razón, el primero de septiembre la ciudad entró en estado de sitio para reducir drásticamente la propagación del virus, una decisión que tomó el régimen la semana pasada.

Hay 1470 personas ingresadas en los hospitales bajo vigilancia y, de ellas, 626 se mantienen ingresadas con la enfermedad. Se reportan dos pacientes en estado crítico y ocho en estado grave.

En el último mes, las provincias más afectadas con esta segunda ola del virus han sido La Habana, Artemisa, Villa Clara y Pinar del Río y Ciego de Ávila por lo que en determinados barrios y zonas existen cuarentenas obligatorias.

 

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