El Partido Comunista de Cuba (PCC), único permitido en la isla, cambió recientemente a sus primeros secretarios en las provincias de Camagüey y Granma, un movimiento que se suma a otros similares emprendidos con anterioridad y que parecen estar relacionados con la crisis económica y política del país.
Federico Hernández Hernández, hasta este sábado primer secretario de la formación política en Granma, sustituyó a Ariel Santana Santiesteban como titular del mismo cargo en Camagüey, mientras que Yanaisi Capó Napóles ocupó la responsabilidad en la provincia oriental.
Los motivos de la destitución de Santana Santiesteban no fueron precisados en las notas del oficialismo para informar de los cambios. La remoción tuvo lugar este sábado, durante la Asamblea Provincial del PCC en la provincia central, que estuvo presidida por el presidente del régimen y primer secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel.
Un día antes, también con la presencia del mandatario, fue destituido como primer secretario del PCC en Granma Hernández Hernández y nombrada Capó Napóles, quien previamente ejerció como máxima dirigente partidista en el municipio de Bayamo y a finales de 2019 fue designada para atender el sector agropecuario en el Buró Provincial.
Hernández Hernández, ahora al frente de Camagüey, es licenciado en Geografía. Durante su gestión en Granma recibió numerosas críticas, pero a juzgar por el movimiento, sigue siendo un cuadro confiable para la única agrupación política legalmente permitida en Cuba.
Otros cambios recientes en las dirigencias provinciales del PCC fueron el nombramiento de Susely Morfa como primera secretaria en Matanzas, de Osnay Miguel Colina Rodríguez en Villa Clara y de Yamilé Ramos Cordero en Pinar del Río.
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Morfa, quien dirigió varios años la Unión de Jóvenes Comunistas, cantera del PCC, es reconocida en la isla y fuera de ella por los críticos del régimen como la “psicóloga millonaria”, por el episodio que protagonizó en la Cumbre de las Américas de 2015 en Panamá, donde afirmó que ella y los acólitos del castrismo asistentes al evento se costeaban el viaje con sus salarios.
En el PCC militan más de 700.000 cubanos, de una población que en 2020 ascendía a 11,33 millones de habitantes.
La tendencia de la cuantía de la militancia es a la baja y a ser proporcionalmente cada vez menos representativa de la sociedad cubana, un hecho que preocupa al régimen y que es interpretado como evidencia del desgaste del sistema político cubano y de la falta de interés de los ciudadanos, sobre todo los jóvenes, por pertenecer a la organización y continuar la pretendida “obra revolucionaria”.
