El padre del médico militar cubano que se fugó junto a una enfermera de la brigada enviada por el régimen a Andorra, califica a su hijo de “traidor” en una carta que habría enviado a autoridades sanitarias de la isla, asegura un medio de Andorra.
El capitán Dariel Romero, importante anestesiólogo y uno de los jefes de la “misión”, abandonó el hotel junto con una enfermera y estarían buscando asilo en España.
Medios locales han identificado a Luis Alberto Romero García como el padre del capitán desaparecido desde el sábado y con paradero desconocido. Según el medio del principado Altaveu, la probable fuga del médico “con una enfermera de la delegación que habría iniciado una relación sentimental de Andorra”, ha provocado la ira y tristeza del padre, quien habría enviado una nota a uno de los jefes del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), específicamente a la Dra. Georgina Pérez, para exponer su sentimiento.
Romero García alega sentir vergüenza por la acción de su hijo. “Traición, no tengo otra palabra con la que calificar este hecho”, escribe el hombre, quien muestra su lealtad al régimen castrista y a las “misiones de salud” que desde La Habana son enviadas por todo el mundo como parte de un lucrativo negocio.
En la carta, el hombre se muestra afligido. Las fuentes consultadas por Altaveu explican que no está claro si es un sentimiento real o una maniobra para evitar una posible represalia contra la familia del médico evadido, un militar de alto perfil en su campo y que “fue secretario de uno de los núcleos políticos del Partido Comunista” en el Hospital Militar Central “Carlos J. Finlay”, inaugurado en La Habana en 1943 y que actualmente proporciona atención médica sobre todo a los militares del ejército y sus familias.
“Lamento profundamente lo que sucedió con mi hijo. No tengo palabras para expresar la vergüenza tan grande”, habría escrito el padre de Romero, según el medio andorrano. Le ha costado aceptar “lo difícil que es la noticia, de su abandono de la misión médica de su traición. No tengo otra palabra para calificar este hecho”.
Luis Alberto Romero García añade: “No sé cuáles han sido las circunstancias, ni qué la haya hecho protagonizar este vergonzoso caso. Nunca recibió este ejemplo de nuestra parte y no sabe cuánta pena y cuánto dolor siento”, dice en la misiva a la Dra. Georgina, a quien dirige la carta.
El padre del desertor –el hijo supuestamente estaría en la zona de Valencia, donde tiene parientes– reniega del médico militar cuando recuerda que los funcionarios del Minsap estaban supuestamente dedicando “su precioso tiempo en la organización de un homenaje para su cumpleaños”. Y luego explica que “su esposa no sabe nada de él. Nadie sabe nada”.
“Yo estaba orgulloso de sus logros, que ha estado recibiendo durante mucho tiempo, muy bien atendido por sus jefes por su abnegación y espíritu de sacrificio y celebré toda una serie de reconocimientos y medallas por su trabajo”, continúa el padre de Dariel, quien recuerda que en “muchos casos ha habido una traición a nuestra patria. Pero tienes que sentirlo cerca para conocer el dolor que sientes”.
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El sábado se detectó que faltaban dos miembros de los que todavía se encontraban en Andorra para la delegación cubana: un anestesiólogo y una enfermera. Cuando se supo que ambos no habían regresado al hotel, se dispararon alarmas, aunque desde la delegación cubana “el tema fue llevado con la máxima discreción”, asegura Andorra Difusió.
El médico militar sería uno de los “hombres fuertes” de la misión, y ha sido señalado por Diari d'Andorra como el “Dr. Anestesiólogo y Militar, Dariel Romero”, quien escapó con una enfermera que sería su pareja.
“El médico de La Habana fue quien tuvo la bandera en las fotos del acto de despedida del grupo antes de salir de Cuba (…) es considerado uno de los jefes de la misión que se ha trasladado al principado, supervisada por el cónsul general de Cuba en Barcelona, Alain González”, quien está ahora en Andorra como resultado del escape de los dos profesionales, informó el periódico más importante del país.
El jefe de gobierno, Xavier Espot, ha declarado que lo que ha sucedido con los cubanos "es una anécdota". En una entrevista con RTVA dijo que el ejecutivo desconoce si han salido del país o no, y si han ido a España a buscar asilo político, pero en cualquier caso "no debería implicar conflicto diplomático por parte del gobierno porque no tiene compromiso".
Espot ha señalado que traer a la delegación cubana fue una decisión de "salud no política" y que los profesionales habían acudido al Principado a trabajar y "no serán perseguidos" ni han cometido ningún delito en ese país. El régimen castrista no se ha pronunciado hasta el momento.
Según la página web Cuba Defensa, del Ministerio de las Fuerzas Armadas, el capitán Dariel Romero es especialista en Anestesiología, y se desempeñaba en la isla como Jefe de Servicio de Urgencias y Emergencias del Hospital Militar Central Doctor “Carlos J. Finlay”.
El texto de Cuba Defensa, sobre médicos militares cubanos que trabajan en Andorra, aseguró que el el capitán Romero ambicionaba "el encuentro con su familia y compañeros de labor y anhela regresar a las dinámicas del lugar donde desarrolla su ejercicio profesional".
Las "misiones médicas" se han convertido en un frente de batalla entre Cuba y Estados Unidos, que insta a los países que solicitan ayuda a La Habana a que examinen los acuerdos con su Gobierno, que retiene la mayor parte del salario del personal sanitario mientras los expone a "condiciones laborales atroces".
Esta renta de profesionales a gobiernos extranjeros aporta a Cuba más de$ 10 mil millones, según los últimos datos oficiales disponibles. Cerca de 50 mil médicos cubanos colaboran en más de 60 países.
Cuba, por su parte, tacha de "mentiras" y "campaña inmoral" esas acusaciones y ha pedido dejar a un lado "la mezquindad y la hostilidad" en medio de la pandemia, aunque continúa ofreciendo los servicios y enviando grupos de sanitarios en un lucrativo negocio para el régimen que se queda entre el 70 y 90% del salario.