Miembros del Movimiento San Isidro aseguraron este 27 de noviembre que Luis Manuel Otero Alcántara continuará su huelga de hambre y que se desconoce por el momento su paradero, luego de que el régimen le prohibiera entrar a su casa.
En conferencia de prensa, el activista Michel Matos aseguró que la policía lo paseó por varias casas de conocidos para dejarlo en una de ellas, pero Otero se negó y dijo que solo volvería a la suya, ubicada en Damas 955, donde ocurrió la protesta pacífica.
Agregó que el artista y opositor tiene graves afectaciones de salud, especialmente en los riñones, con sangramiento ocasional, producto de la huelga de hambre que mantuvo durante casi una semana antes de que el régimen desalojara a los manifestantes.
Matos denunció también el arresto, por segunda vez, de Anamely Ramos, los dispositivos de vigilancia que rodean las casas de los otros activistas y varios periodistas independientes, y el corte de comunicaciones que les impide tener contacto entre ellos.
La profesora cubana Omara Ruiz Urquiola, una de las acuarteladas, manifestó este viernes temer por la vida de sus compañeros Luis Manuel Otero Alcántara y Anamely Ramos.
“Estoy extremadamente preocupada. Tengo vigilancia en los bajos de la casa. Estoy muy preocupada por Luisma. Quiero hacerle saber al mundo que Luis Manuel Otero Alcántara no consiente asistencia médica en ninguna institución cubana de salud. Así lo ha hecho explícito”, afirmó Omara en una directa desde su perfil de Facebook.
Ubicada en Damas 955, Habana Vieja, la casa de Otero Alcántara es la sede principal del Movimiento San Isidro. Durante más de una semana, unos 14 activistas, varios en huelga de hambre, permanecieron allí demandando la liberación de Denis Solís, condenado a ocho meses de prisión tras un juicio sumario bajo cargos fabricados y sin garantías legales.
La manifestación fue concluida con la violencia de los órganos represivos del régimen, que fingiendo hacer cumplir protocolos sanitarios invadió el domicilio y sacó por la fuerza a todos los allí reunidos.
La esposa del activista y colaborador de ADN Cuba Esteban Rodríguez confirmó en varias llamadas a nuestra redacción, envuelta en llanto, que se los habían llevado a todos de forma violenta y que ella fue conducida por la policía de vuelta a su casa.
Poco antes, el régimen bloqueó las redes sociales Instagram y Facebook, en lo que parece fue un intento por evitar que la información del arresto llegara al extranjero. Sin embargo, activistas y ciudadanos en Cuba y fuera de la isla dieron cuenta rápidamente de lo sucedido.