El Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) confirmó este domingo el fallecimiento en días pasados por COVID-19 de la niña Shalena de la Caridad Romero Santos, de cuatro años.
En su habitual conferencia matutina para informar sobre la propagación de la enfermedad pandémica en la isla, el director nacional de Epidemiología del Minsap, Francisco Durán, informó que la pequeña es el primer paciente de COVID-19 en edad pediátrica que fallece en Cuba.
Estaba ingresada en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, en el capitalino municipio de Marianao, por presentar un tumor abdominal para su estudio, explicó el galeno, que ofreció detalles de la evolución desfavorable de la paciente desde su ingreso.
Llegó con un grupo de manifestaciones, dadas por una gran distensión abdominal y una masa tumoral palpable; presentó un aumento del volumen del hígado, piel pálida e inflamación de miembros inferiores, todo lo cual motivó que fuera llevada al salón operatorio para realizar una exploración mediante una laparoscopía, narró Durán sobre el caso.
En la exploración, agregó, se tomó una biopsia del tumor y se hace el diagnóstico de un linfoma no Hodgkin tipo Burkitt, que es un tipo de linfoma no Hodgkin de células B agresivo (de crecimiento rápido) que se presenta con mayor frecuencia en los niños y los adultos jóvenes.
Tras el diagnóstico, la niña fue evolucionando desfavorablemente en la sala. Hubo que llevarla a terapia y presentó complicaciones derivadas del tumor. Fue necesario intubarla, ventilarla, e hizo una parada cardiorrespiratoria, de la cual no fue posible reanimarla.
De acuerdo con la información oficial, se le había realizado test de antígenos para COVID-19 al ingreso y el 31 de marzo, los cuales arrojaron resultados negativos.
Fue el 6 de abril cuando se le hizo el PCR, cuyo resultado positivo se confirmó después de la muerte, el 7 de abril, explicó Durán, que no comentó sobre la demora de cuatro días para informar oficialmente del fallecimiento, pese a que como causa de muerte se estableció la enfermedad pandémica, agravada por el tumor de la pequeña.
Crítica a la morosidad oficial y alegato de ocultamiento
Este sábado, ADN Cuba reportó la denuncia que el cubano Leyan Pérez hiciese en redes sociales sobre la muerte de una niña de cuatro años por COVID-19 en La Habana, fallecimiento que no había sido informado en los medios oficiales correspondientes.
En su perfil de Facebook, Pérez detalló: “nuestra bebé de 4 años de edad, nombrada Shalena de la Caridad Romero Santos, ingresada en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, del municipio de Marianao, La Habana, desde el 5 de marzo del 2021 hasta el 7 de abril del 2021, fallece producto a la Covid-19, lo cual no ha sido informado en los medios de publicación nacional de nuestro país”.
“Nos hemos dirigidos a los canales correspondientes: llamamos al número telefónico que informan en los partes del doctor Durán García y no hemos tenido respuesta por parte del jefe Vidal y la operadora no. 5, que nos atendieron, por lo que hacemos esta publicación en busca de ayuda, los padres y familiares de nuestra bebé fallecida”, añadió.
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En el parte oficial emitido por el Minsap el 8 de abril, donde se informan los pacientes fallecidos de la jornada anterior (7 de abril) -cuando murió la niña-, no se mencionó entre los decesos a ninguna menor de edad.
No fue hasta hoy, quizás por la exposición del caso en las redes y los medios alternativos, que el oficialismo incorporó en su cómputo a la niña, primera menor de edad que muere en la isla como consecuencia de la enfermedad viral.
Más de 900 nuevos casos y otras cinco muertes
Además de Shalena, el Minsap informó esta jornada de otros cinco cubanos fallecidos como consecuencia de la COVID-19, así como de 959 nuevos casos, diagnosticados en las últimas 24 horas.
Los finados fueron tres hombres y dos mujeres, con edades entre los 73 y los 84 años. De acuerdo con lo informado por el doctor Durán, todos presentaban antecedentes patológicos que elevan las probabilidades de desarrollar cuadros de gravedad ante el contagio.
Con las seis muertes informadas, los fallecidos en Cuba por la COVID-19 suman 459, mientras que el total acumulado de casos desde el inicio de la pandemia en la isla, en marzo de 2020, asciende a 86 531.
De los nuevos positivos, 953 fueron casos autóctonos y sólo seis tuvieron su fuente de infección en el extranjero (casos importados); 922 de los primeros fueron contactos de casos confirmados con anterioridad y en 25 no se había podido precisar la fuente de infección hasta el momento del cierre de la información oficial.
Ésta precisa además que, de 5 212 casos confirmados y activos, 54 pacientes permanecen en cuidados intensivos, de los cuales 32 son reportados en estado crítico y 22 como graves.
Asimismo, 138 de los nuevos pacientes están en edades pediátricas y ocho de ellos tienen menos de un año. Los menores de edad que son casos activos suman 732, detalló Durán.
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La mayoría de los nuevos casos correspondieron a las provincias La Habana (521), Matanzas (106) y Santiago de Cuba (62). La capital ha sido el territorio de mayor complejidad epidemiológica por sus características sociodemográficas, mientras que el resto de los territorios han experimentado altibajos durante el tercer rebrote, iniciado en noviembre.
El doctor Durán detalló en su conferencia que 25 220 personas están ingresadas. Además de las que son casos confirmados y activos, 3 790 son sospechosas de un eventual contagio.
“Decisiones de guerra” en La Habana
Autoridades del régimen en La Habana ordenaron “ponerse duro” ante la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus en Cuba.
En una reunión reciente del Consejo de Defensa Provincial (CDP), órgano que gobierna de facto durante emergencias y situaciones de “agresión”, su presidente y jefe del Partido Comunista en la capital, Luis Antonio Torres Iríbar, afirmó que “hay que arreciar el control en los municipios”.
“Estamos en guerra contra el coronavirus y por tanto se deben tomar decisiones de guerra, hay que ponerse duro”, ordenó el funcionario, según reporte del periódico oficialista Tribuna de La Habana.
El CDP exigió al sistema de Salud provincial un control estricto de los ingresos domiciliarios, como “medida más efectiva para cortar la propagación del virus”. Ello, luego de que se conociera que hay “incongruencias” en los registros estadísticos de viviendas y contactos en aislamiento, e incumplimientos del confinamiento por parte de estos últimos”.
Las “decisiones de guerra” anunciadas por el jefe comunista de La Habana están en sintonía con la política del régimen a nivel nacional. Según anunciaron otros medios de prensa gubernamental, habrá más “rigor” en sanciones y multas, y se intensificará el patrullaje “al interior de los barrios”.