Diego Armando Maradona comenzó a viajar a Cuba en el año 2000, invitado por el entonces dictador Fidel Castro, para supuestamente rehabilitarse de su adicción a las drogas. Pero el astro argentino del fútbol, fallecido el 25 de noviembre del 2020, no se limitó en la isla del caribe y hasta entabló una relación amorosa con una cubana menor de edad, a quien introdujo en el mundo de los estupefacientes.
“La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer…. Nunca imaginé que después me metería en las drogas de la que me costó tanto trabajo salir”, recordó Mavys Álvarez veinte años después, en entrevista con América Noticias, de Miami.
La joven, quien entonces tenía 16 años, conoció a Maradona el 1 de septiembre del año 2000, cuando el salvavidas de un hotel en Matanzas le propuso acompañar al famoso deportista que, según le dijeron, estaba con una “profunda depresión”.
“En el carro, a unos pasos, nos miraba Carlos Ferro Viera, amigo de Maradona. Estuvieron más de una hora convenciéndome [él y el salvavidas] de que era importante ayudar a (…) una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido” dijo.
Álvarez entró en un mundo de lujos vedados a los cubanos en ese entonces (restaurantes en dólares, discotecas y hoteles para extranjeros…), pero también en prácticas estrictamente prohibidas por el régimen, excepto para sus allegados, como el consumo de drogas duras como la cocaína.
Con Maradona, Mavys Álvarez pisó por primera vez un hotel para turistas extranjeros en Varadero. “Conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien. (…) Me invitó junto a mi familia al día siguiente a cenar al palacio Dupont”, recordó la joven.
Maradona había viajado a Cuba en enero con parte de su familia y su médico. Pasó extensas temporadas en la isla hasta el 2005, y todo ese tiempo continuó su relación con Álvarez.
“Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia”, dijo la cubana a América Noticias.
Incluso, Maradona llevó a la adolescente a vivir con él en La Pradera, un exclusivo Centro Internacional de Salud, donde Fidel Castro había proporcionado al futbolista argentino dos casas.
“Al cabo de estos años me da pena de mí misma saber que tenía 16 años y fui parte de todo eso”, lamentó Álvarez, quien también dijo que Maradona le propuso orgías con otras mujeres.
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Harold Crespo, quien estudiaba junto con Álvarez, recordó que la menor pasó “de pobre a tener todo. La novia oficial de Maradona”.
“Fue impresionante ver la transformación de Mavys, de esa niña inocente y alegre que todos conocíamos a lo que se convirtió después de ser sumergida en ese mundo de alcohol y drogas. Fue muy duro”, añadió en conversación telefónica con el periodista Mario J. Pentón.
En Cuba el matrimonio infantil está permitido a partir de los 14 años. La abogada Laritza Diversent explicó que “las relaciones sexuales sólo constituyen delito si se realizan bajo estupro, es decir, si el adulto utiliza el engaño o el abuso de superioridad sobre el menor”.