Cuba inicia este lunes 24 de agosto las pruebas en humanos o la fase de ensayos clínicos de su candidata a vacuna contra la COVID-19, de nombre comercial Soberana 01, un proceso cuya segunda etapa está programada para el 11 de septiembre, cuando se completen los 676 voluntarios requeridos para las pruebas.
Identificada por las siglas Finlay-FR-1, el candidato vacunal cubano es, a decir de la comunidad científica de la isla, fruto de la experiencia acumulada por el país en la medicina preventiva, la inmunización masiva y el desarrollo de su industria biofarmacéutica.
Las autoridades sanitarias de la isla administran actualmente a la población 11 vacunas, ocho de ellas de producción nacional, con un promedio de cuatro millones 800 mil dosis anuales de inmunógenos simples o combinados que protegen contra 13 enfermedades.
Todos los años se sobrepasa el 98 por ciento de cobertura en toda la nación, lo que dota a la población de un alto nivel inmunitario, afirma la oficialista Prensa Latina en un despacho al respecto, donde subraya que para todos los cubanos la vacunación es gratuita, de acceso universal, y está integrada en la atención primaria de salud.
“La isla caribeña ocupa el puesto 30 entre los más de 200 candidatos vacunales contra la COVID-19 en desarrollo en el mundo. Solo 30, incluida Cuba, lograron la aprobación para iniciar ensayos clínicos”, afirmó el doctor Vicente Vérez, director del Instituto Finlay de Vacunas, citado por la referida agencia noticiosa.
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La Soberana 01 se aplicará para las pruebas en un esquema de dos dosis por vía intramuscular. El objetivo principal del ensayo clínico es “evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad del candidato vacunal FINLAY-FR-1 contra el SARS–CoV-2, aplicado en dosificaciones diferentes”, detalló la pasada semana el medio independiente El Toque.
El Insituto Finlay, donde se desarrolla la vacuna, ha fijado en el 11 de enero de 2021 la fecha de finalización del estudio de la misma, cuyos resultados estarían disponibles el 1 de febrero para ser publicados el día 15 del mismo mes. Los participantes como sujetos de prueba deberán dar su consentimiento informado por escrito y no deben padecer otras enfermedades.
El estudio de casi cinco meses de duración para el fármaco candidato a ser la vacuna autóctona cubana será "aleatorizado, controlado, adaptativo, a doble ciego y multicéntrico", precisó el instituto, que espera que la proporción de sujetos con respuesta inmune sea superior en al menos un 50 por ciento respecto al grupo control.
El régimen cubano ha apostado por invertir en su industria de biotecnología y farmacéutica, lo que le ha permitido desarrollar vacunas contra la meningitis, el cáncer de pulmón (terapéutica) y los tumores sólidos, entre otras enfermedades, fármacos que comercializa a nivel internacional.
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En el caso de la COVID-19, el anuncio de los ensayos clínicos para la nueva vacuna llega en un momento en el que se han registrado rebrotes de la epidemia -principalmente en La Habana y alrededores-, después de que el régimen asegurara haber controlado el nuevo virus y emprendiese una desescalada enfocada en reactivar el turismo.
Además de la isla, otros países que actualmente tienen candidatos vacunales en desarrollo son China, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Australia, Japón y Alemania. El cubano es “el primero de Latinoamérica y el primero de un país pobre en recursos económicos”, remarcó ante Prensa Latina el doctor Vérez.