Por Lyz Érika Zaldívar
A finales de junio, desde que comenzara a construirse un muro perimetral en las inmediaciones del Paseo Marítimo de 1ra y 70, en La Habana, las críticas de la población no han cesado: ¿Con quién contaron para esto? ¿Quién pensó que sería una buena idea? ¿Quién coño cree que se ve bien? ¿Qué es lo próximo, arena para los turistas?, son algunas de las interrogantes que lanzó en su momento Milton Maggi, profesor del Instituto Superior de Arte (ISA).
El actor y humorista Ulises Toirac no reparó en denunciar lo sucedido: "Es una zona de uso popular. Pertenece al pueblo y es dueño el pueblo de ese sitio. No comprendo por qué no se consulta al pueblo para algo así".
"Cabe preguntarse también, si de sobrada democracia alardeamos, ¿bajo qué preceptos arquitectónicos y medioambientales se hace válido colocar un muro en la playa? ¿Qué impacto tienen esas obras en la naturaleza? ¿De dónde salen los materiales para construir un muro y luego demolerlo? ¿Cuántas casas y escuelas necesitan un techo en condiciones y, sin embargo, se derrochan materiales en un muro sin sentido?"
Ante los numerosos reclamos del pueblo, las autoridades no tuvieron más remedio que publicar en los medios oficialistas una declaración que justificase el disparatado proyecto. Así puede leerse en Cubadebate literalmente que el objetivo del muro es impedir la entrada y salida de menores y personas ebrias a la vía en horario nocturno:
"Al ser un espacio visitado por menores por poseer entre otros atrayentes un parque de diversiones y la playa, se han dado situaciones de menores que han salido a la vía y aunque no hemos tenido que lamentar hechos, sí se han dado situaciones que es mejor no lamentar".
"El paseo es un centro de recreación donde en varias ocasiones se han dado situaciones con personas con un nivel elevado de alcohol que también han tenido situaciones en la vía por no contar con accesos establecidos y ser un área abierta".
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"Una de las reclamaciones de la población es la presencia de menores solos en horarios nocturnos, que es prácticamente incontrolable al ser esta un área abierta".
No obstante, una usuaria opina sobre el supuesto pretexto de las autoridades: "el momento en que escriben la frase "controlar el acceso" están abiertamente declarando la intención del muro. Me parece una excusa pobre que mencionen la seguridad de los niños y de los borrachos, muros más altos y en lugares más peligrosos fueron retirados como el del parque Maceo en Centro Habana", comenta Olivia Rodríguez.
Belkis Borbonet se suma a las protestas: "si así van a hacer en todas las áreas que pudieran ser peligro a los niños sin control de sus padres, a los borrachos, u otros personas entretenidas, en cualquier momento levantan un muro a lo largo de todo el Malecón y el litoral habanero, por Dios un poco más de sentido común y toma de decisiones más colegiadas", exigió la ciudadana a los dirigentes.
Otro usuario de la plataforma con nostalgia de ese pedacito de costas y recuerdos escribe: "Quiero seguir yendo en mi bici y seguir disfrutando de la libertad de poder hacerlo a mi antojo. La playa de 70 era el único lugar con acceso al mar sin contaminación de sonido, sin desechos de consumo de productos, sin la multitud que ahora en los últimos meses, previo al COVID-19, acudió al lugar sin importarle nada el valor natural de este espacio.
"Este proyecto está muy mal hecho mirándolo desde lo medioambiental hasta lo social. Es una gran pérdida para los ciudadanos. Si quieren rescatar un lugar, pues que tomen algunos de los tantos clubes sociales que no pintan nada para el pueblo", Gozá Yasser.
Absolutamente ninguno de los protestantes quedó satisfecho, mucho menos convencido de los motivos para crear un muro que separa, que contamina, que obstaculiza. Y no pararon de denunciar hasta que el muro fue demolido.
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Finalmente, esta vez rectificaron. El Consejo de Defensa Provincial y el Comité Provincial del Partido de La Habana determinaron que todo fue una "mala interpretación de Planificación Física acerca del dictamen hecho por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA)", según Tribuna de La Habana.
Luego de que el programa Hola Habana replicara la noticia en su página oficial de Facebook, la población siguió opinando:
"Qué manera de dolerme ese gasto de recursos. ¿Cuántas viviendas se hubieran podido reparar, cuántas escuelas mejorar? ¿Ahora a quién le van a ajustar esa cuenta? ¿Dónde estaban esos inspectores que hasta por poner una baranda te imponen una multa?", dijo Magleny López.
"La planificación en este país está muy mal. Cuando un dirigente indica algo, todos salen corriendo a hacerlo sin medir consecuencias, el problema es 'cumplir'", refirió Gisselle González.
"Ya estamos en la fase de poner nombres y cargos al descubierto, de quienes malgastan los recursos del Estado. ¿En qué NTV van a salir?", cuestiona Doris Leal.
Como positivo, gracias a la presión en redes sociales, voces que antes no se escuchaban ahora están teniendo poder. Gracias a la denuncia de la población se pudo derrumbar el muro, parece ser que comienza en Cuba, la verdadera Revolución en Internet.