Díaz-Canel: represión, multas y colas kilométricas en tiempo de coronavirus

El presidente del régimen reconoce que hay represión, multas y colas kilométricas, pero pide ir más allá en tiempos de coronavirus para lograr disciplina social
Miguel Díaz-Canel con nasobuco
 

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De manera indirecta, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoció recientemente la existencia y práctica habitual de la represión en la isla y no solo por motivos políticos, como es harto conocido y cada vez más difícil de enmascarar por el régimen.

En una de las reuniones diarias de trabajo del gobierno por la contingencia sanitaria, donde se dieron a conocer el reciente grupo de medidas adoptadas en los sectores de comercio interior y transporte, el mandatario cuestionó por qué era tan difícil que todos comprendieran la necesidad del aislamiento social y respetasen la distancia indicada en las colas.

Díaz-Canel llamó a imponer la disciplina desde “nosotros mismos”. Para eso tenemos la policía, pero pasa por todos, añadió, aclarando que “todavía la pandemia no se ha manifestado en su mayor magnitud”.

Indicó reforzar el aislamiento social como principal medida para evitar la propagación de la COVID-19 y en tal sentido enfatizó en la necesidad de la disciplina social y de que “la gente entienda que no se puede salir a visitar familiares y amigos”, ni pueden recibir visitas. “Hay que estar en la casa”.

“Esto es con responsabilidad ciudadana… Hoy la unidad pasa por esa responsabilidad, por comprenderla y actuar con ella… En las colas hay que mantener disciplina, hay que mantener la distancia, pero yo digo, qué trabajo nos cuesta eso. Por qué no se exige la distancia en todas partes de la cola, aunque sea kilométrica”, preguntó a los restantes participantes de la reunión el presidente cubano.

 

 

Por estos días, pese a las medidas gubernamentales, es común ver imágenes de grandes aglomeraciones y colar. Ello se entiende por la perenne escasez de alimentos y productos de toda índole en la isla, donde los habitantes deben perseguir cualquier producto que se ponga a la venta en cualquier establecimiento, muchas veces hasta lejos de sus casas.

Sin embargo, el presidente no debatió sobre esto, sino sobre el hecho de que muchos no guardan la distancia indicada en las colas ni respetan el aislamiento. Según criticó, varios salen a la calle a “formar grupito”, a jugar dominó y a socializar como si nada pasara.

“Y eso no se resuelve solo con represión, con medidas, multas. Nos llenaremos de multas. Se resuelve con comprensión y una manera de actuar responsable y civilizada. Son los menos los que actúan así, pero ponen en riesgo el esfuerzo de la mayoría”, dijo Díaz-Canel, reconociendo que se reprime con habitualidad, pero que es necesario ir más allá de esa burda represión para resolver dichos problemas.

“La mayoría no puede permitir que una minoría sea la que empañe esto. Estamos buscando tener el mejor resultado posible en la prevención de pérdidas de vidas humanas”, añadió el mandatario, cuyas reflexiones, como es costumbre, obviaron las deficiencias sistémicas del régimen que hace que todo en Cuba sea muchas veces caótico e “incivilizado”.

 

 

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