Cuba se plega a China en controversia con EEUU por origen del nuevo coronavirus

El posicionamiento de La Habana fue explicitado este sábado por el canciller Bruno Rodríguez, quien acusó a Washington de manipular políticamente el tema de la pandemia con sus imputaciones a Beijing
Cuba se une a China en controversia por COVID
 

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El régimen cubano se plegó formalmente a China en la controversia que ésta mantiene con Estados Unidos sobre el origen del SARS-CoV-2, coronavirus causante de la COVID-19 y una pandemia que se ha cobrado la vida de 4,47 millones de personas en todo el mundo, y cuyo fin no se vislumbra en el corto plazo.

El posicionamiento de La Habana fue explicitado este sábado por el canciller de la isla, Bruno Rodríguez, quien acusó al gobierno estadounidense de manipular políticamente el tema de la pandemia con sus imputaciones a Beijing.

“La manipulación política del gobierno de EEUU al pretender culpar a la República Popular China del origen del SARS-CoV-2 es irresponsable e inaceptable. Como acostumbra EEUU, miente para tratar de lograr sus objetivos políticos”, escribió Rodríguez en su perfil de Twitter.

De tal forma, el gobierno cubano patentiza su irrestricto respaldo al gigante asiático, régimen aliado en lo político y uno de los principales proveedores de la mermada economía cubana.

Su declaración de principios en la controversia sobre el origen del nuevo coronavirus se produce un día después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acusara a China de retener “información crucial” sobre los orígenes de la pandemia de COVID-19.

“Existe información crucial sobre los orígenes de esta pandemia en China, pero desde el principio los funcionarios del Gobierno chino han trabajado para evitar que los investigadores internacionales y miembros de la comunidad de salud pública mundial accedan a ella”, dijo Biden en un comunicado que lanzó tras recibir un informe de los servicios estadounidenses de inteligencia que no resuelve lo referente al surgimiento del virus.

“Hasta el día de hoy, China sigue rechazando los llamamientos a la transparencia y reservándose información, incluso cuando el número de víctimas de esta pandemia sigue aumentando”, agregó.

Las acusaciones de Biden tuvieron una pronta respuesta de la parte china. El viceministro de Relaciones Exteriores de la nación asiática, Ma Zhaoxu, denunció la politización del informe de inteligencia, el cual, aseguró, carece de basamento científico y no es más que otro ataque contra Beijing.

El texto “se basa en una presunción de culpabilidad de China y es solo para hacer de China un chivo expiatorio”, afirmó por su parte, en un comunicado, la representación diplomática de Beijing en Washington.   

Según Ma, China concede alta importancia a la cooperación internacional en el proceso de investigación del origen del virus y muestra de ello son las dos invitaciones a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a investigar el asunto en su suelo.

En enero, un equipo de expertos internacionales enviado por la OMS viajó a Wuhan para realizar la “primera fase” de un estudio sobre el origen del SARS-CoV-2. 

Su informe, hecho en colaboración con especialistas chinos, fue muy criticado. De acuerdo con éste, el paso del virus de los murciélagos a los humanos a través de un animal intermedio era la hipótesis más probable de su origen, mientras que la presunta procedencia de un laboratorio era “extremadamente improbable”.

La falta de certezas motivó que la OMS solicitase a mediados de agosto al gobierno chino autorización para realizar una nueva investigación en el territorio, pero tal petición fue rechazada por Beijing.

División en la comunidad de inteligencia estadounidense

La hipótesis de que la propagación del virus causante de la COVID-19 inició tras una fuga de laboratorio fue descartada por la comunidad científica al inicio de la pandemia. Sin embargo, como el supuesto animal intermedio aún sigue sin aparecer, la teoría de la creación artificial resurgió con fuerza en el debate público en Estados Unidos.  

A mediados de mayo, una quincena de expertos publicó un artículo en la reconocida revista Science en el que instaron a considerar seriamente esta teoría.

Biden dio a los servicios de inteligencia estadounidenses 90 días para “redoblar esfuerzos” y conseguir explicar el origen de la pandemia. El informe clasificado, en cumplimiento de la encomienda, le fue entregado el martes, sin arribar a conclusiones unánimes o certeras en lo que concierne al surgimiento.

Las agencias de inteligencia estadounidenses siguen divididas sobre los orígenes, pero concuerdan en su creencia de que los dirigentes chinos no conocían el virus antes del inicio de la pandemia.

Según un resumen no clasificado del informe divulgado este sábado, cuatro miembros de la comunidad de inteligencia estadounidense afirman con poca confianza que el virus se transmitió inicialmente de un animal a un humano, mientras que una quinta agencia de inteligencia cree con una confianza moderada que la primera infección humana estuvo relacionada con un laboratorio. 

De manera coincidente, los analistas desestiman que el virus haya sido desarrollado como arma biológica y la mayoría de las agencias creen que el virus no fue diseñado genéticamente. 

Para justificar sus valoraciones, las agencias involucradas en el informe se basaron en “los numerosos vectores de exposición de los animales” existentes, y en la ignorancia de China de la existencia del virus antes de su aparición.

Con información de Deutsche Welle (DW) 

 

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