EEUU mata a dos miembros de ISIS-K en ataque represalia por atentado en Kabul

El ataque se realizó mediante un dron y tuvo como objetivo una base de operaciones de la agrupación terrorista en la provincia de Nangarhar
Imagen aérea del aeropuerto de Kabul. Foto: EFE
 

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Estados Unidos mató a dos objetivos “de alto perfil” de la rama local del Estado Islámico en Afganistán e hirió a un tercero en un ataque lanzado este sábado como represalia al atentado perpetrado el jueves por el grupo yihadista, que costó la vida a decenas de personas, entre ellas 13 militares estadounidenses.

El ataque, confirmado por el Pentágono, se realizó mediante un dron y tuvo como objetivo una base de operaciones de la agrupación terrorista (ISIS-K, por sus siglas en inglés) en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán.

En un primer momento, el Pentágono había informado sólo de la muerte de un miembro del ISIS-K, pero luego, en rueda de prensa, el general de división del Ejército William Taylor informó que eran dos los muertos.

“Puedo confirmar, a medida que ha llegado más información, que dos objetivos de alto perfil de ISIS murieron y uno resultó herido. Sabemos que no ha habido víctimas civiles”, aseguró el alto oficial, que además subrayó que Estados Unidos mantendrá su capacidad para defenderse y realizar operaciones antiterroristas cuando éstas “sean necesarias”.

Hasta el momento no han trascendido los nombres de las víctimas informadas por el Pentágono. John Kirby, portavoz de la entidad, evitó ahondar en el papel específico de estas personas dentro de la organización. “Eran planificadores y facilitadores”, se limitó a decir.

El ataque contra la base del ISIS-K en Nangarhar se produce dos días después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, prometiese perseguir y hacer pagar a los responsables del ataque terrorista en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul el 26 de agosto, en plena faena de evacuación de nacionales de otros países y afganos colaboradores de occidente y potenciales víctimas de los talibanes.

“No vamos a perdonar ni olvidar. Perseguiremos a los terroristas y les haremos pagar por esto”, adelantó Biden, cuyo propósito de venganza por la muerte de soldados que calificó de “héroes” fue confirmado la víspera por la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Según ésta, “el presidente no quiere que (los terroristas) vuelvan a pisar la faz de la tierra”.

La semana pasada los funcionarios estadounidenses fueron advertidos de que la amenaza de un ataque terrorista en el aeropuerto se estaba volviendo más aguda. Un funcionario de defensa estadounidense también le había dicho a CNN que estaban preocupados por una “corriente de amenaza muy específica”, que involucraba a la filial de ISIS en Afganistán.

Finalmente, un “ataque suicida” con explosivos, que se atribuyó ISIS-K, provocó la muerte de decenas de personas, muchas de ellas vinculadas con las labores de evacuación que se realizan aceleradamente para culminar antes del 31 de agosto, fecha límite fijada por los talibanes y Biden.

 

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