De burocracia, corrupción, y mucha ineficiencia, está empedrado el camino del régimen de los Castro hacia el socialismo, y cuenta de ello da una carta que enviara a la columna Acuse de Recibo del oficialista periódico Juventud Rebelde, un residente de La Habana.
Maikel Castillo Pomares, que es como se llama el remitente en cuestión, es vecino de calle 5, Edificio 26-B, apto. 1, Villa Panamericana, en La Habana, denuncia en su carta haber sido víctima de las deficiencias de la Corporación Cimex en el proceso de importación de privados.
Ante esto considera que Cimex debe perfeccionar la calidad y eficacia de los servicios de importación de artículos de ferretería a personas naturales, de acuerdo con la información que al respecto se brinda a los clientes en las oficinas de la corporación.
Castillo Pomares señala además, que la actual situación epidemiológica de la COVID-19 por la que atraviesan los cubanos, su impacto en la vida económica del país y las reformas enmarcadas en la llamada Tarea Ordenamiento, no pueden servir de justificación "para prestar servicios con tan poca calidad", y sin lugar a dudas esto lo dice consciente de que la burocracia castrista se agarra de cualquier cosa para tratar de encubrir las ineficiencias del régimen.
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Destaca también, que su denuncia no incluye el trato que le dio el personal que lo atendió respecto a su solicitud, pues de eso no tiene ninguna queja; de lo que se trata exclusivamente es del proceso: "del incumplimiento del plazo para dar respuesta a una solicitud de importación, la falta de información al cliente en tal sentido, y el poco uso del correo electrónico y otros medios para tal fin", afirma.
De igual manera apunta que "si por alguna razón no es posible cumplir con el tiempo establecido para dar una respuesta a una solicitud de importación, al menos háganselo saber al cliente, ofrezcan alternativas", y añade que "es muy decepcionante a este nivel tamaña chapucería".
Hay que aclarar que este proceder no es propio únicamente de la Corporación Cimex, pues mientras desde el discurso oficialista se sostiene que la administración de Miguel Díaz-Canel se encuentra en la búsqueda permanente de la perfección del sistema, algo que se viene repitiendo desde que los Castro se apropiaron de Cuba, la realidad es que esta práctica hace parte de los métodos de los que se vale el castrismo para mantener al pueblo oprimido y continuar con su proyecto de perpetuarse en el poder, por lo que es prácticamente imposible que algo así desaparezca.
