Las autoridades sanitarias de Cuba reportaron este 12 de octubre 22 nuevos casos de coronavirus, lo que eleva el total acumulado desde el inicio de la pandemia en la isla, en marzo pasado, a 6000.
De acuerdo con el parte del Ministerio de Salud Pública (Minsap), se encuentran ingresados en hospitales para vigilancia clínica epidemiológica 3848 pacientes, de los cuales 803 son sospechosos de un eventual contagio y 301 son casos confirmados activos.
De los 22 casos, 21 son son cubanos y uno es extranjero, 20 de ellos contactos de casos confirmados con anterioridad y uno sin fuente de infección precisada. Asimismo, 13 de los casos detectados fueron asintomáticos.
De los 22 casos, 13 fueron de Sancti Spíritus y seis de La Habana, dos de las provincias más comprometidas por su situación epidemiológica durante las últimas semanas junto a Ciego de Ávila, que hoy reportó apenas dos diagnósticos adicionales.
Las cifras cada vez más bajas han desatado las suspicacias de muchos por tratarse de una disminución abrupta, coincidente con la reciente relajación de las medidas restrictivas decretada por el régimen.
En estos primeros días de octubre las autoridades decidieron relajar paulatinamente el toque de queda impuesto en La Habana desde inicios de septiembre para contener un peligroso rebrote. Asimismo, ya funciona el transporte público y el sábado reabrieron los cines.
Sancti Spíritus ha sido también uno de los territorios con mayor tasa de infección en la isla durante las últimas semanas, lo que conllevó a que el 4 de octubre se impusieran medidas restrictivas en cuanto a movilidad de las personas, la transportación y los servicios, en el municipio cabecera, Trinidad, Taguasco y Cabaiguán.
El anuncio de la nueva etapa se produjo el jueves, en una intervención pública del presidente Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero. A diferencia de las tres provincias referidas, el resto de la isla tiene la autorización para pasar a esta próxima etapa, en la que las obligaciones sanitarias serán más relajadas.
En redes sociales, varios usuarios han criticado las medidas de reapertura y mostrado su desconfianza con la rápida disminución de cosas, la cual obedece, en opinión de varios, a una decisión política del régimen y no a una realidad epidemiológica.
Por otra parte, muchos padres cubanos están alarmados por el próximo inicio del curso escolar en medio de la pandemia y con la experiencia de un rebrote no hace mucho que disparó los reportes diarios de infectados en todo el país.
Yorsikelín Sánchez, presidenta nacional del Frente Feminista Mujeres por la Libertad y una de las promotoras de la campaña “Aulas Vacías”, lanzada a través de las redes sociales, habló con Radio Televisión Martí sobre las opiniones de padres con los que ha contactado.
La mayoría de las madres “no estamos de acuerdo con el reinicio de las clases en las aulas y lo catalogamos de locura”, aseguró la activista.
“A nivel internacional, con suficiente agua, con todas las condiciones creadas, desde una alimentación, hasta un baño higiénico, han tenido que cerrar”, precisó la activista que cuestiona: “¿Cómo en Cuba, que no hay ni un jabón para bañarse, va a haber una buena higiene en una escuela?”.
El régimen cubano anunció el reinicio de clases en la capital el 2 de noviembre, como parte de la desescalada que comenzó en octubre. Ya cesó el toque de queda en la capital, comenzó a circular el transporte y se espera que el polo turístico de Varadero comience a recibir vuelos internacionales a partir del 15 de octubre.