Castrismo pide el Nobel para brigada de médicos explotados

Desde la creación de las "misiones médicas", diversas organizaciones acusan al régimen de explotar a los galenos y quedarse con entre el 70 y el 90% de los salarios que paga el país contratante
 

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Funcionarios del gobierno cubano dan publicidad a la nominación de la brigada Henry Reeve al Premio Nobel de la Paz por una organización canadiense prácticamente desconocida.

La embajadora de la isla en Canadá, Josefina Vidal, asegura que varias personalidades de ese país norteamericano apoyan la causa. Entre ellos figura Lloyd Axworthy, exministro de Relaciones Exteriores de ese país y varios médicos y profesores universitarios.

El Consejo Mundial por la Paz registró en septiembre la candidatura del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve”, de Cuba, al Premio Nobel de la Paz para el 2021.

 


Según el sitio oficialista Cubadebate, la labor de la Brigada proviene de “una tradición duradera cubana de cuidado humanista” y “sella un pronunciamiento internacional unánime que exalta la noble actitud de la Medicina cubana”, a pesar de las “campañas de descrédito” promovidas por Estados Unidos contra la colaboración médica cubana.

En octubre, la organización sin fines de lucro Archivo Cuba, dirigió un documento al Comité del Premio Nobel de la Paz, donde expone su inconformidad y argumenta sus razones sobre la propuesta para el Premio.

“Estamos obligados a informarle de pruebas abundantes y convincentes que hacen de este cuerpo médico una parte intrínseca de un esquema de trata de personas por parte del Estado cubano, en flagrante violación del derecho internacional”, refiere la misiva.

“Nuestra organización ha investigado y documentado desde 2009 los servicios de exportación de Cuba de trabajadores temporales, principalmente en el campo médico. Decenas de ellos, en su mayoría médicos, nos han informado de los atroces abusos laborales y de derechos humanos a los que son sistemáticamente sometidos”. 

“Estos informes han sido consistentes durante diez años, independientemente de la ubicación o el período de tiempo del servicio de estos profesionales, que abarca décadas y decenas de países”, precisa el documento.


La Brigada se creó el 19 de septiembre de 2005 en respuesta a los daños causados por el huracán Katrina a Nueva Orleans, en Estados Unidos, con un grupo inicial de más de 12 000 profesionales cubanos de la salud.

Desde entonces es una basa económica del régimen, que oferta los servicios de estos médicos y luego se apropia con hasta el 70% y, en algunos casos, el 90% del salario que pagan los países por ellos.

Según cifras oficiales, Cuba ha enviado hasta la fecha más de 3 700 colaboradores, agrupados en 46 brigadas, a 39 países y territorios afectados por la COVID-19.

La “exportación” de servicios médicos ha sido un negocio rentable para el régimen. En 2018, único año en que las autoridades cubanas informaron sobre sus ingresos por este negocio, las ganancias ascendían a 6400 millones de dólares.

La ONU pidió explicaciones al régimen de La Habana a través de un documento que, entre otras muchas cuestiones, expone que el gobierno se queda con alrededor del 75% de los salarios de los médicos cubanos que trabajan en el exterior y que estarían expuestos a condiciones de trabajo y de vida explotadoras, ante lo cual, Díaz-Canel y su gobierno han hecho oídos sordos.

El diario británico The Guardian reportó, en noviembre de 2019 que, a través de un acuerdo secreto intergubernamental con Qatar, Cuba saca hasta 90% de los sueldos de los médicos que laboran en ese país. Y de Brasil ya se embolsó las dos terceras partes de lo que debía ganar cada doctor con el programa Mais Medicos, desmantelado por el presidente Jair Bolsonaro.

A inicios de año, una organización francesa con un largo historial de apoyo al régimen castrista, Cuba Linda, propuso la nominación de la Brigada al Nobel sin mayor éxito.

 

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