Poco a poco, llega la ayuda a la familia cubana que ayer sufrió un acto de repudio organizado por el régimen, luego de que surgiera en redes sociales una iniciativa para prestarles apoyo.
El activista Osmel Adrián Rubio compartió en Facebook imágenes de la ayuda: productos de aseo, alimentos, en general, cosas indispensables para vivir, de las cuales carece esta familia pobre, sometida la víspera a un bochornoso escarnio público.
Con el nombre Borrar el Azul Violento, la iniciativa pedía socorro para los parientes de Anyell Valdés, joven activista, cuya casa fue invadida por una turba pro-gubernamental que pintarrajeó su casa con eslóganes oficialistas.
Los interesados en brindar ayuda física pueden dirigirse a la dirección Morales No. 86 entre Finlay y Cisnero Betancourt, Los Pinos, en el capitalino municipio Arroyo Naranjo.
Para las donaciones está habilitada la tarjeta 9205 9598 7378 7379 o cualquier persona puede llamar al teléfono +53 54142651.
El acto de repudio —como denomina el gobierno a los pogromos contra opositores— desató la indignación de la opinión pública cubana, sobre todo en el extranjero, y condenas de organizaciones internacionales.
Ayer, la ONG Human Right Watch denunció el acoso y violencia desatada contra los activistas Osmel Adrían Rubio y Anyell Valdés luego de que colocaran un cartel con los lemas “Patria y Vida” y “Abajo la dictadura”.
Los opositores se habían acuartelado en la vivienda tras colocar los carteles que llamaron la atención de la policía política. El régimen impidió que el comunicador Sadiel González grabara completamente el acto de repudio; solo quedaron registradas las imágenes iniciales en vivo.
Las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar. El dramaturgo y director teatral cubano Yunior García señaló el acoso y hostigamiento contra Anyell Valdés.
Tras los penosos sucesos, García, integrante del movimiento 27N, escribió en Facebook:
“¡Basta ya! ¡Ni un acto de repudio más! Martí jamás sitiaría la casa de una familia cubana, con niños adentro. Jamás cruzaría su cerca para infundir terror, ni lastimaría a su perro, ni mancharía sus puertas, ni escribiría en sus paredes la palabra MUERTE”.