Darío y su falta de ideas

Un residente en Jaimanitas tiene un serio problema que le acaba la existencia, más que la artrosis: la falta de ideas, provocada por la inercia de un país al que no se le acaban las dificultades, y le sobran los dirigentes
Latón de basura en Cuba
 

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Darío, residente en Jaimanitas, dice que tiene un serio problema que, aunque no es físico, igual le está acabando la existencia: la falta de ideas.

“Yo era un individuo que siempre tenía una idea en mente, pero desde que comenzó la coyuntura y sufrí la decepción de comprender cuánto me demoré en darme cuenta que el socialismo era un sistema fallido, entonces el casete se me ha quedado en blanco”.

Cuando le viene una idea y ve la pesadumbre existencial en la que vive y el abigarramiento ético que impera, dice que se desanima y la idea se pierde.

“Ayer mismo me vino una idea, era genial, cuando vi por el televisor al Buró Político del Partido Comunista reunido con la Asamblea Nacional, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros. Una tonga de gente que parecía vivir en otro mundo, que como no tienen problemas no se explican por qué la gente coge tanta lucha con todo y por qué se complican la vida”.

“Son como el rico que llega a un lugar y compra una cosa y luego va a otro lugar y compra otra, y cuando le dicen que hay crisis, o periodo especial, no se lo explica, no lo entiende, se pregunta: ¿Por qué la gente siempre se complica?”.

Para Darío, la mayor paradoja es que entre peor va el país, más crece la dirigencia.

“Ahora hay intendentes, viceintendentes, gobernadores, vicegobernadores, hasta un primer ministro y varios vice primeros ministros, que van por todo el país dando ideas de cómo afrontar la crisis. Ayer un ministro en la televisión dijo que debíamos aprender de la gente de Baracoa, que cogen la fruta del árbol del pan y la convierten en alimento. ¡Esa sí que fue una idea!”.

Desempleado y afrontando problemas de salud, Darío se preocupa más por la falta de ideas que por la artrosis que lo lacera.

“Tengo una idea a punto de cuajar: los latones de basuras son el corazón de la patria, sí, porque laten cuando los buzos entran en ellos buscando artículos que pudieran servirles para reciclar y sobrevivir”.

Frente a su casa hay uno, solitario, en medio de un terreno baldío. Desde su silla Darío lo observa moverse con el buzo dentro, a veces vibra de alegría cuando el buzo al parecer ha encontrado algo.

“Ese es uno de mis pocos entretenimientos: ver cómo late bajo el sol el latón de basura. Hace poco llené una planilla para trabajar de custodio y me dijeron que debía esperar por un proceso, que incluye verificaciones en la cuadra con los efectivos revolucionarios y del partido. Quiero trabajar, salir de este enclaustramiento en el que he caído por la falta de ideas. Antes me llegaban hasta 10 ideas al día, ahora me paso la semana en blanco”.

 

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