La expulsión del funcionario que aprobó la marcha contra el maltrato animal en Cuba ha caído como un balde de agua fría entre los activistas cubanos.
La movilización ocurrida el pasado 7 de abril convocó a través de las redes sociales a cientos de personas que marcharon desde el parque El Quijote, en el vedado capitalino, hasta la tumba de la filántropa estadounidense Jeanette Ryder en el Cementerio de Colón.
La peregrinación fue aprobada por Pedro Pablo Hernández Herrera, vicepresidente del gobierno del municipio de Plaza de la Revolución en La Habana y ocupó titulares en televisoras y diarios a nivel internacional, debido a que fue un hecho inédito en un país donde todas las movilizaciones son convocadas por el gobierno.
“Fue algo hermoso que demostró el interés de muchos cubanos en la aprobaciónde una ley de protección para los animales. Pensábamos que se podía repetir y de pronto se nos cayeron las alas cuando conocimos que habían removido de su cargo al funcionario que la autorizó. No entendemos la razón por la cual sucedan cosas como esta con una causa tan noble”, dijo a ADN CUBA una activista que hace apenas unos días participó en una feria de adopciones frente a la Biblioteca Rubén Martínez Villena, en el Centro Histórico de La Habana Vieja.
La voluntaria, que se llama Yuneisi, recordó que Cuba está rezagada en materia de derechos de los animales y afirmó que espera que se apruebe en un futuro no muy lejano la ley que los ampare.
“La acción que llevábamos adelante en La Habana Vieja fue una prueba de que podemos movilizarnos y que existen muchas personas que nos apoyan. A diferencia de otros tiempos, ya contamos con las redes sociales para llamar a la toma de conciencia de los cubanos sobre este tema que debería ocupar de manera urgente la agenda gubernamental”, explicó.
La feria estuvo organizada por el grupo Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) y reunió a decenas de personas que acudieron con sus perros y gatos para entregarlos en adopción y a otras que buscaban llevarse a casa alguna mascota.
La directora de CEDA, Gretel Montes de Oca Valdés, no ocultó su asombro ante la expulsión de Hernández Herrera. “Se trató sencillamente de un acto de humanidad a favor de la protección animal”, dijo.
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CEDA, según se lee en su página oficial, es un proyecto sociocultural y humanitario
con base en las comunidades de La Habana. Tiene entre sus propósitos contrarrestar la creciente cantidad de perros y gatos callejeros para entregarlos en adopción y garantizar su esterilización.
“Es un proyecto de amor todo lo que hacemos”, afirma Yuneisi.
En la movilización llegaron a participar incluso personalidades como Silvio Rodríguez, quien se manifestó a favor de una Ley de Bienestar Animal.
“La apoyaría completamente si se propone”, dijo el trovador a la prensa.
Antonio, un estudiante de quinto año de la Universidad de La Habana, también desfilóa lo largo del Vedado en la histórica marcha. Portaba un cartel con la frase “Animales con derechos”, elaborado con algunos pedazos de cartón.
“Fue la primera marcha espontánea de mi vida. Además la causa era muy noble y humana. Todos sentimos ese díala libertad de expresarnos por lo que creemos sin que nadie venga a imponernos nada”, contó a ADN CUBA.
Antonio, dice, ha dado refugio a un grupo de perros en el patio de su hogar hasta que encuentra alguien interesado en adoptarlos. “Una vez vi cómo Zoonosis se llevaba a estos animalitos y decidí ayudarlos a encontrar un dueño antes de que encontraran la muerte”.
“Quizás pensaron que esta marcha podía ser el punto de partida para otras movilizaciones, pero aquí solo estábamos abogando por concientizar a las personas hacia una causa que debería ser compartida por todos”, comentó.
Los medios oficiales no han desmentido ni confirmado la destitución de Hernández Herrera a pesar de que se hicieron eco de la marcha y elogiaron las motivaciones de sus participantes.
“Los animalistas se comprometieron a continuar potenciando las adopciones de mascotas, las esterilizaciones masivas y las desparasitaciones. A la espera de una ley, deben actuar por el orden de la conciencia y apelar a la cultura cívica, individual y social”, publicó el sitio oficial Cubadebate.
Tras la noticia de su expulsión, Pedro Pablo Hernández Herrera no ha hablado públicamente al respecto ni se ha conocido su nueva ubicación laboral.
A solo unas semanas de la inédita peregrinación en La Habana, las autoridades de la provincia de Villa Clara negaron la autorización para una marcha contra el maltrato animal en ese territorio.
“No es de interés del gobierno”, respondieron al joven voluntario Javier Larrea, estudiante de Derecho en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, quien era uno de los organizadores de la marcha en Villa Clara.
“Se cambia de Constitución pero no de mentalidad”, escribió el joven en su perfil de Facebook y aseguró que en la reunión con los directivos de la provincia le fue retirado su teléfono frente a un guardia de seguridad.
Los activistas a favor de la adopción de una ley contra el maltrato animal vieron una luz de esperanza cuando sus reclamos llegaron a los debates del proyecto de la nueva Carta Magna, pero cayeron presa del desencanto tras la omisión de la ley en la Constitución proclamada el pasado 10 de abril.