Rafael Ezequiel Palmero Álvarez, médico del Instituto Nacional de Oncología y Radiología de Cuba (INOR), golpeó varias veces con un palo a una perrita este lunes y la dejó “inconsciente” en el piso, según denuncian animalistas en redes sociales.
“En horas de la mañana de hoy en las afueras del Hospital Oncológico el médico Rafael Ezequiel Palmero, me dicen que es Especialista en Mamas, le entró a golpes con un palo a un perro, hasta dejarlo inconsciente en el piso”, denunció Sehyla Chirino en un post de Facebook viral.
Agregó que el ciudadano Marcos Aurelio Álvarez Diéguez “fue testigo de todo, y es quien reporta. La policía llegó al lugar y se encuentra buscándolo [al médico], porque se escondió dentro del hospital”.
Chirino informó que el can “está siendo llevado a [la clínica veterinaria] Carlos III para atenderse. ¡COMPARTAN! ¡Queremos soluciones! ¡Queremos justicia! Esta bueno ya que la gente pague sus frustraciones con los animales”, concluyó.
En un video captado tras el incidente, se ve a Palmero Álvarez respondiendo molesto a las críticas de quienes presenciaron el maltrato. El médico intenta justificarse con un supuesto ataque del perrito: “¡Cuando me fue arriba a mí ninguno de ustedes se metió!”, grita levantando las manos con agresividad ante una mujer que lo increpa.
Unas dos horas después del ataque, ocurrido en la mañana del lunes 2 de mayo, Álvarez Diéguez informó con un video que a la perrita “la inyectaron en Carlos Tercero, no tiene fractura, pero pueden observar la bola en la cabeza”. También dijo que casi no puede caminar.
“Ninguna persona debe tomar represalia por sus medios [contra el médico agresor] puesto que ya la Policía Nacional se hizo cargo, no se puede ser igual que el ser humano que realizó dicho acto”, agregó Álvarez Diéguez.
Durante las últimas semanas ha vuelto el debate sobre el maltrato animal en Cuba, tras difundirse en redes sociales varios casos de abusos contra perros y gatos. Ronni, un perro que recibió 14 machetazos, se recupera favorablemente informó el jueves pasado el médico veterinario Ernesto Zurita.
“El Guerrero Ronni continúa recuperándose junto a Pablo su rescatador quien ha cumplido cabalmente las orientaciones terapéuticas orientadas, el camino es largo, pero tenemos muchas esperanzas porque es un animal muy fuerte y hemos tratado de hacerlo de la manera más correcta posible de acuerdo a nuestras posibilidades”, explicó Zurita en un post de Facebook.
A una semana del ataque sufrido, Ronni “ha mejorado su locomoción, su respuesta al entorno, su apetito y su fuerza, aún tiene pérdida de visión en el ojo derecho y cierta dificultad para subir un escalón o peldaño, considerando la gravedad de las lesiones, creo que su respuesta es milagrosa”, agregó el doctor.
Más de 200 puntos de sutura requirió el perro, después de ser agredido por un cochero en Ciego de Ávila, el pasado 21 de abril. Según relatan los testigos, el maltratador, que ofrece servicios de transporte dentro de la ciudad, decidió castigar al animal porque supuestamente este correteó y se lanzó a morder las patas de su caballo.
Zurita dijo en sus redes que muchas personas le escriben preguntándole si Ronni es culpable o inocente en el violento incidente. “Para mí los animales no son culpables, son víctimas de nuestros actos y de nuestras irresponsabilidades”, respondió el veterinario.
“Es cierto que Ronni es agresivo con otros animales, pero si lo hubiesen adiestrado y socializado de manera correcta y cuidado debidamente esto jamás hubiera sucedido [;] hoy hay dos víctimas: el caballo y el perro, culpables los responsables de Ronni y el ejecutor de tan abominable acto (el cochero)”.
A inicios del presente mes, una ola de indignación recorrió las redes sociales cubanas, provocada por la tortura de un pequeño gato, perpetrada en La Habana por miembros del Equipo Nacional de Rodeo como parte de las actividades de la estatal Feria Internacional Agroindustrial y Alimentaria, Fiagrop 2022.
En un video con imágenes sensibles difundido por la página de Facebook “Vive como Daguerre”, se observa al menos a una docena de individuos que persiguen al animalito por la arena, enlazándolo como a una res en reiteradas ocasiones. Tras los golpes y estrangulamientos de los que fue víctima, el gatito murió.