Un grupo de senadores chilenos pidieron esta semana al presidente Gabriel Boric condenar en la venidera Cumbre de las Américas al régimen cubano por "su terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad".
Mediante un oficio dirigido al mandatario el pasado 1 de junio, los senadores Felipe Kast, Sebastián Keitel y Luciano Cruz-Coke, del partido Evópoli, junto a sus pares de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Luz Ebensperger, Juan Antonio Coloma, Sergio Gahona, Javier Macaya, Iván Moreira y Enrique Van Ryselberghe, pidieron aprovechar la reunión de jefes de Estado en Los Ángeles para denunciar que La Habana mantiene más de mil prisioneros políticos.
Muchos de ellos, recordaron los parlamentarios, son menores de 18 años que se suman a los al menos 633 manifestantes pacíficos que han recibido penas de hasta 30 años de prisión en “juicios con innumerables vicios e irregularidades”.
“El presidente Boric tiene la oportunidad de demostrar que es un verdadero demócrata, condenando en esta tribuna a la dictadura cubana sin ningún tipo de peros, porque aquí no hay justificación alguna para callar frente a las atrocidades que día a día comete el régimen a vista y paciencia de la comunidad internacional”, consideró Kast, uno de los firmantes de la petición.
“Espero humildemente que recoja este llamado y que haga suyas también las demandas de un pueblo que exige democracia y libertad para poder vivir”, agregó.
Los firmantes subrayaron en el documento dirigido a Boric que “es hora de que las democracias del mundo se unan en contra de las dictaduras y Chile está llamado a apoyar la libertad y la paz de todos los pueblos del continente”.
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La Cumbre de las Américas se celebrará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, Estados Unidos, y ha estado envuelta en polémicas por el rechazo de algunos mandatarios latinoamericanos a la exclusión de los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Washington ha apuntado que la cumbre debe reunir a mandatarios electos democráticamente y no a dictadores, pero los Ejecutivos de países como México, Argentina, Bolivia, Honduras y Chile se han opuesto a ello, con distintas actitudes.
En un polo se ubican los presidentes que han anunciado que no participarán si se concreta la exclusión, entre ellos el mexicano Andrés Manuel López Obrador, y en el otro los que defienden la participación de todos, incluidos los regímenes no democráticos, pero sin que tal defensa suponga una inasistencia al evento.
Es el caso de Gabriel Boric, cuya canciller, Antonia Urrejola, afirmó el 26 de mayo que el Gobierno chileno defiende una cumbre sin exclusiones y así se lo ha manifestado a su par estadounidense, pero sin poner como condición a su participación que todos los países sean finalmente invitados.
