El joven cubano Yasiel Malvoa Enrique denunció que se encuentra en arresto domiciliario mientras espera el juicio al que irá por negarse a pagar las multas impuestas por la Policía Nacional Revolucionaria de su municipio.
El pasado 30 de abril Malvoa Enrique salió de Trinidad a realizar unas gestiones, a la entrada de la localidad de Pojabo se encontró un vehículo vendiendo arroz a 25 pesos cubanos la libra. Cuenta a ADN Cuba que llamó a su familia para preguntar si necesitaban arroz. El joven advierte que en su localidad el arroz escasea y el precio de la libra está en 40 y 50 pesos y allí lo vendían en 25.
“Compré 435 libras de arroz para repartir entre la familia que es extensa. Al salir de allí me detiene un patrullero y le explico la situación; no decide quitarme el arroz y solo me aplica una multa de mil pesos por estar fuera del municipio.
Cuando paso por el punto de pesquisaje expliqué lo mismo y enseñé la multa que ya me habían puesto; pero dijeron que tenían que llevarme para la unidad de policía”.
Con anterioridad el cubano había comprado 10 quintales de maíz para venderlo en el mercado de Trinidad, donde le habían comunicado que se podía vender sin licencia a los precios establecidos por el gobierno. “Solo hay que pagar el precio de la tarima, la policía dice que no es posible y le dije que sí, que se hace”.
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Ese producto también le fue decomisado por las autoridades y la sanción de esa ocasión fue de 500 pesos. Al respecto Malvoa Enrique dijo “yo estoy de acuerdo porque aquella vez era para negocio, pero ahora no. La situación está muy dura, en mi zona hay muchos casos de COVID-19 y me estoy preparando para un cierre de la cuadra”.
El 1 de julio lo citaron nuevamente a la estación de policía para aplicarle otra multa que debía pagar en 10 días. “Yo ya no tengo dinero para pagar esas multas, yo tengo dos niños que alimentar. Me dijeron que si no estaba de acuerdo pues fuera para los tribunales y entonces iré”, dijo.
El joven asegura no tener antecedentes penales; ni haber sido requerido antes por la policía. Actualmente está desempleado y no encuentra trabajo pues en las instituciones encargadas de estos trámites le han negado empleo o alguna patente para ejercer el trabajo por cuenta propia.
Antes de la llegada del coronavirus Malvoa Enrique conducía un coche de caballos. “Yo era cochero con todos los papeles en regla; pero con el coronavirus cerraron Trinidad y no se puede andar en coche y me quedé desempleado. He ido muchas veces al Ministerio del Trabajo y no hay trabajo ni están dando patentes”, cuenta.
En su última cita con los agentes de la policía, el 2 de julio, el instructor que atiende el caso le informó que su reclamo no procedía y que “cuando me cogiera aunque fuera vendiendo una calabaza me iba a meter un delito con agravante”, aseguró el trinitario.
“Le dije que sí me iba a coger porque no estaban dando trabajo ni patentes y yo no puedo ponerme a robar; pero tengo dos niños que mantener”, concluyó.