La Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de La Habana multó a una embarazada con 2000 pesos cubanos, tan solo por encontrarla en la calle tras el toque de queda impuesto para frenar la pandemia, pues ella necesitaba con urgencia comprobar su presión arterial.
Héctor Luis Valdés Cocho, activista y reportero ciudadano, denunció el caso en su perfil de Facebook. La afectada es su hermana, quien estaba en compañía de su esposo cuando fue abordada por los agentes y le impusieron la sanción de pagar “2000 pesos por violar el toque de queda establecido después de las 9 pm”, refiere Valdés.
“Mi hermana le explica al oficial uniformado que debido a su embarazo se encontraba descompensada de la tensión arterial y necesitaba acudir de inmediato al cuerpo de guardia del policlínico del Wajay, reparto en que reside mi familia en el municipio de Boyeros”, explicó.
“Ese centro de salud queda a una distancia de 1 km más menos de mi casa y evidentemente mi familia no tiene transporte para dirigirse a ese lugar. Argumentos que no le bastó al oficial para decretar el talonario”.
Valdés Cocho aseguró que iría a la estación policial del Wajay, “con dicho talonario en la mano y veremos que solución le van a dar a la multa que se le impuso a mi hermana por el simple hecho de acudir con urgencia a recibir atención médica por su descompensación producto a su gestación”.
“Con el dinero de mi hermana ninguno de ustedes se va a llenar los bolsillos, ni con el de ella, ni con el de ningún cubano con dos dedos de frente”, emplazó a la PNR el reportero, molesto por la arbitrariedad.
El opositor, añadió: “No quiero imaginarme que esto sea una medida de escarmiento por el lazo sanguíneo que nos une a ambos, todos saben quién soy y quién es mi familia. Conmigo todo, con ellos nada”.
“Trabajen, produzcan, adquieran el dinero para levantar la depauperada economía de este país, pero no quieran levantarla con el sufrimiento del pueblo, ni mucho menos con arbitrariedades”, escribió en sus redes sociales Valdés Cocho, quien espera que “la multa sea retirada”.
Reprimen con la justificación de la COVID-19
Los agentes de la dictadura fueron autorizados a mostrar “mano dura” impunemente, durante estos meses de pandemia, alegando estrictas medidas para prevenir los contagios. Para esto, no consideran siquiera las dificultades de los cubanos para transportarse, quienes a veces se ven a pesar suyo a deshoras en las calles.
El escritor y periodista Jorge Carpio denunció que el domingo 30 de mayo, la policía del régimen golpeó a personas que esperaban un autobús en el Parque de la Fraternidad, de La Habana.
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“Anoche [domingo], la Policía Nacional Revolucionaria reprimió en el Parque de La Fraternidad. No es noticia, pero lo hizo. Multaron a personas mayores, por permanecer en la calle después del horario establecido; los más jóvenes pudieron escapar a la saña de sus perseguidores”, escribió el intelectual en un post de Facebook.
Según explicó, lo que sucedió fue que “simplemente esas personas de a pie esperaban una guagua que nunca apareció. Pero eso no lo tuvo en cuenta la policía, ellos no están para resolver los problemas del transporte”.
La escena relatada por el escritor pareciera de absurdo y pesadilla, pero es una dolorosa realidad para muchos cubanos humildes: “En la medida que se aproximaba la hora [del toque de queda] miraban el reloj, desesperados por cumplir la orden encomendada. A las nueve en punto salieron a reprimir, recordé los perros de la granja de Orwell, a una ciudadanía hambreada que esperaba ansiosa un transporte para llegar a casa”.
Carpio relata que “los policías no tuvieron compasión, se dispersaron por el parque, tonfa en mano, y capturaron satisfechos a sus presas amedrentadas. Los que pidieron explicación no fueron escuchados y los que alzaron la voz fueron conducidos a un camión y llevados para la unidad”.