Las autoridades sanitarias de Cuba informaron este domingo el fallecimiento de otras nueve personas como consecuencia de la COVID-19 y el diagnóstico la víspera de 1 087 nuevos casos de la enfermedad, cuya transmisión autóctona en la isla no cesa pese a las medidas decretadas por el régimen y la intervención sanitaria con dos candidatos vacunales cubanos.
Con los nuevos positivos diagnosticados, los casos acumulados desde el inicio de la pandemia en la isla, en marzo de 2020, ascienden a 148 918, mientras que los fallecidos como consecuencia de la enfermedad suman 1 012.
La mayoría de los fallecidos en la última jornada eran personas de la tercera edad y presentaban comorbilidades que dificultan una evolución favorable ante el contagio de la enfermedad viral como hipertensión, diabetes y EPOC.
Al cierre del sábado, 26 007 personas permanecían ingresadas en Cuba con motivo de la enfermedad pandémica. De ellas, 5 901 son casos confirmados y activos, mientras que 3 926 son sospechosas de un eventual contagio.
Según precisó el director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, 32 de los nuevos casos fueron importados, es decir, tuvieron su fuente de infección en el extranjero, mientras que el resto fueron contagios derivados de eventos de transmisión autóctona.
De estos últimos, 1 005 fueron contactos de casos confirmados con anterioridad y en 50 no se había podido establecer la fuente de infección al cierre de la información oficial.
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La Habana, con 408 nuevos positivos, sigue siendo el territorio de peor situación epidemiológica por sus condiciones sociodemográficas y su elevada densidad poblacional en varios municipios o repartos. Este sábado le siguieron Santiago de Cuba, Camagüey y Granma, con 145, 101 y 64 casos, respectivamente.
En los servicios de cuidados intensivos permanecen ingresadas 173 personas, de las cuales 54 son reportadas en estado crítico, incluidos dos infantes, y 119 como graves.
Aislamiento en MLC
Desde este sábado 5 de junio, los residentes en Cuba que lleguen desde el exterior por los “polos turísticos” deberán pagar al régimen en moneda libremente convertible (MLC) la estancia en hoteles habilitados para el aislamiento sanitario, en lo que se determina si están infectados con la COVID-19.
Según las nuevas disposiciones, anunciadas días atrás por Durán, los viajeros residentes en Cuba que arriban por los polos turísticos “realizarán el aislamiento en la provincia de arribo por el término de siete días en instalaciones turísticas, asumiendo el costo en MLC (hospedaje y transportación)”.
Al sexto día se les hará un PCR que, si arroja resultados negativos, les permitiría regresar a su provincia al séptimo día de estar en la isla. En ese caso, la trasportación también “será asumida por los viajeros”.
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El protocolo para los viajeros que arriban por los aeropuertos de La Habana y Santiago de Cuba se mantiene invariable, salvo por el hecho de que deben asumir los gastos de transportación hacia los centros de aislamiento y pagar el sobrecargo del equipaje, todo en pesos cubanos.
A estos viajeros se les mantiene de manera gratuita la estancia en los centros de aislamiento, sobre los que tantas denuncias de insalubridad se han emitido en redes sociales.
Por el contrario, si desean optar por una instalación hotelera, pueden hacerlo pagando el costo en MLC.