Las autoridades sanitarias de Cuba informaron este sábado el fallecimiento de otras 11 personas como consecuencia de la COVID-19 y el diagnóstico la víspera de 1 135 nuevos casos de la enfermedad, cuya propagación en la isla no cesa pese a las medidas restrictivas y la intervención sanitaria con dos de los cinco candidatos vacunales cubanos.
Con los nuevos decesos, la isla rebasa el millar de muertes por la enfermedad pandémica. La mayoría de los fallecidos en la última jornada eran personas de la tercera edad y presentaban comorbilidades que dificultan una evolución favorable ante el contagio de la enfermedad viral como hipertensión, diabetes y EPOC. Cuatro de ellos eran de La Habana.
Al cierre del viernes, 26 225 personas permanecían ingresadas en Cuba con motivo de la enfermedad pandémica. De ellas, 5 963 son casos confirmados y activos, mientras que 4 140 son sospechosas de un eventual contagio.
Con los nuevos positivos diagnosticados, los casos acumulados desde el inicio de la pandemia en la isla, en marzo de 2020, ascienden a 147 831, mientras que los fallecidos como consecuencia de la enfermedad suman exactamente 1003.
Según precisó el director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, 30 de los nuevos casos fueron importados, es decir, tuvieron su fuente de infección en el extranjero, mientras que el resto fueron contagios derivados de eventos de transmisión autóctona.
De estos últimos, 1 040 fueron contactos de casos confirmados con anterioridad y en 65 no se había podido establecer la fuente de infección al cierre de la información oficial.
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La Habana, con 440 nuevos positivos, sigue siendo el territorio de peor situación epidemiológica por sus condiciones sociodemográficas y su elevada densidad poblacional en varios municipios o repartos. Este viernes le siguieron Santiago de Cuba, Camagüey y Mayabeque, con 165, 80 y 79 casos, respectivamente.
En los servicios de cuidados intensivos permanecen ingresadas 148 personas, de las cuales 47 son reportadas en estado crítico, incluidos dos infantes, y 101 como graves.
Las culpas para el pueblo
En su habitual conferencia matutina, Durán situó la mayor parte de la responsabilidad de que no se contenga la propagación del coronavirus en el pueblo.
Explicó que todavía no se ve el impacto de la vacunación y enfatizó en que lo más importante es el comportamiento de las personas, que a veces, ya sea por exceso de confianza o agotamiento, no cumplen a cabalidad con las medidas orientadas.
“La transmisión es muy fuerte y lo más importante es mantener el cumplimiento de las medidas”, sentenció Durán, que evita hablar en sus conferencias de la situación de escasez que vive el país y las colas y aglomeraciones a las que ésta obliga.
Desde noviembre pasado, cuando el régimen emprendió la reapertura de sus aeropuertos internacionales, la propagación de la epidemia en Cuba ha sido creciente, una tendencia que no se logra revertir a pesar de la agudización de medidas preventivas y restricciones.
Este sábado, los eventos de transmisión autóctona detectados sumaban 109, 75 de ellos en la capital.