El informático Carlos Lugones tiene claro que con el Partido Comunista gobernado todos los órdenes del país, Cuba no será próspera jamás. Y lo sabe por experiencia propia.
A sus 26 años, el joven nacido en Sancti Spíritus, ha participado en los emprendimientos tecnológicos El Catre, Liduco, TelegramPost.xyz, Cubapod… Sin embargo, a la par de mejorar sus habilidades en el mundo de las startups, también ha vivido una radicalización política y hoy afirma que en Cuba “necesitamos dejar la tibieza, y comenzar a llamar las cosas por su nombre”.
En un hilo de Twitter narró el proceso que lo ha llevado desde cierta idealización, hasta su convencimiento actual. A poco de salir de la universidad (2018) dedicó el primer año de carrera profesional a desarrollar una plataforma para cubanos, “que fracasó por desavenencias personales”.
“Todavía en aquellos tiempos pensaba que podía hacer cualquier cosa DESDE mi país”, afirma Lugones. Por eso rechazó opciones de trabajo en Inglaterra, e incluso no se fue a Holanda.
“En ese entrenamiento de fuerza de voluntad y resiliencia, descubrí que sí, que todo se puede. Pero para poder lograr tus objetivos [en Cuba] tienes que hacer lo inimaginable:
- Andar con miedo y preocupación
- Poner cuentas y empresas en el exterior
- Buscar apoyo e intermediarios
- Enfrentarse a condiciones culturales que para nada favorecen el emprendimiento, sino que te dan por loco la mayoría de personas que te rodean.
Con el tiempo y las vicisitudes en el emprendimiento, descubrió que “el país está diseñado para que no puedas desarrollarte económicamente, y para que sea prácticamente imposible que prosperes”.
En estos casi 3 años de tratar de abrirse camino mediante iniciativas tecnológicas, se convenció de que el comunismo “es un sistema que no funciona”.
“Crear una startup ya de por sí un camino doloroso, y en Cuba es una tortura innecesaria. Así que a medida que ha pasado el tiempo, se me han ido quitando los deseos de emprender en mi país, sobre todo conociendo cada vez mejor al 'mundo normal'”.
Carlos Lugones explica que desde el 2018 ha visto “un país pasar a la ruina total, una economía dolarizada, una moneda devaluada, un pueblo pasando más necesidades que nunca. Represión, encarcelamientos injustos, violencia, difamación, una sociedad dividida”.
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Reconoce que era uno de esos que “no quería hablar de política”, sobre todo porque no es lo suyo y está ocupado creando plataformas digitales. “Pero el tiempo me ha demostrado algo muy importante: En Cuba todo está relacionado con la política”.
“Al descubrir que la culpa de ver a mi país en la más absoluta miseria es de una política fracasada, que solo ha prometido y no ha cumplido, y que cada vez más juega con nosotros, abrí los ojos”, dice el joven emprendedor.
Si en el 2019 creía que lo que hacía falta en Cuba era que dejaran abrir empresas tecnológicas, para incrementar la riqueza del país, hoy Lugones cree “que lo que hay es que CAMBIAR el sistema. Jamás el comunismo permitirá el desarrollo, son opuestos”.
Casi al final de su reflexión en Twitter, Lugones afirma: “No puedo ser optimista, no con este sistema gobernando. Quiero un país donde se pueda soñar, y se puedan hacer realidad los sueños, y no donde todos sintamos que no tenemos control de nuestras vidas”.