En medio de la terrible crisis económica y sanitaria los cubanos no han dejado de hacer largas y agotadoras colas, principalmente para comprar comida, y pareciera que el empeoramiento de la situación fuera proporcional a la incapacidad del régimen para resolverla.
Este escenario se ha visto agravado aún más con la llegada al país de la pandemia de la COVID-19, y a las largas horas bajo el sol, o bajo las inclemencias de la noche, porque sí, hay colas que se prolongan por varios días, desde hace un año hay que sumarles el posible contagio con el nuevo coronavirus.
Ante esto, en lugar de buscar un mayor suministro de víveres y productos de primera necesidad para evitar las aglomeraciones, el régimen se ha mantenido firme en su estrategia de surtir como a cuentagotas las tiendas en pesos cubanos, para que los cubanos estén obligados a ir a las tiendas en dólares, aunque hay que señalar que en estas también las colas son interminables.
A pesar de esto el régimen continúa culpando al pueblo por las altas cifras de COVID-19, señalando que se debe a que "sigue siendo insuficiente la percepción de riesgo que la población tiene", como escribió el oficialista periódico Granma en un artículo publicado este 23 de abril en su edición digital.
"A pesar de las altas cifras de casos de la COVID-19 que están siendo registradas en Cuba día a día –algunas nunca antes vistas–, sigue siendo insuficiente la percepción de riesgo que la población tiene. Así reflexionó en la tarde de este viernes el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, durante la reunión del Grupo temporal de trabajo para la prevención y control del coronavirus", refirió el mencionado periódico.
Marrero Cruz además aprovechó la ocasión para volver a amenazar con "seguir tomando medidas", porque según él no hay sensación de temor a pesar de todo cuanto se informa sobre la enfermedad. Pero cómo puede pretender él o cualquier otro funcionario del régimen que los cubanos dejen contraer la enfermedad cuando hasta para adquirir lo más mínimo están obligado a exponerse en una colas, sin dejar de mencionar que los visitantes extranjeros continúan entrando al país.
Por su parte el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, alegó que puede hablarse, incluso, en términos de sensación de peligro, y esa mirada tampoco existe con suficiente claridad y fuerza en la población, muy a pesar de que el país acumula ya un total de 569 fallecidos por causa de la COVID-19, aunque la realidad es que los cubanos sí están alertas con la enfermedad, pero el hambre y la escasez son más fuerte, y los obligas a salir cada día a la calle a enfrentar todas las colas que sean necesarias.