Los festejos por Navidad y Año Nuevo traen en esta ocasión para los cubanos, además de notorios incrementos en los casos diarios de COVID-19, enormes colas como requisito para hacerse con un mero pedazo de carne de cerdo que les permita no tener que renunciar forzosamente a las tradicionales cenas de esas fechas.
Si bien las colas son frecuentes en la isla por su continua escasez y desabastecimiento, síntomas de una economía disfuncional, la agudización de la crisis por los embates de la pandemia y la renuencia a una auténtica apertura económica por parte del régimen han configurado un crítico panorama para los cubanos en estos meses finales del año, donde la escasa oferta ha hecho que se eleven sobremanera los precios.
Por si fuera poco, la incertidumbre ante el inicio del llamado ordenamiento en enero ha acelerado la llegada de una inflación esperada, que anticipa será superior a la prevista en los controvertidos planes del gobierno y amenaza con difuminar los cacareados aumentos salariales y de las pensiones.
Para adquirir un pedazo de carne en los comercios controlados estatalmente, desde hace días los cubanos están teniendo que formarse en largas colas en torno a establecimientos puntuales dictaminados por las autoridades municipales.
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El régimen dispuso la venta de cierta cantidad de libras de carne de cerdo por consumidor y núcleo, a precios inferiores a los del mercado minorista liberado, pero la ató a sólo determinadas instalaciones en vez de distribuirla en cada localidad. Ello ha conllevado a colas más enormes y constantes de lo habitual, si es que es posible, con las consecuentes quejas y malestar de la población, así como preocupación por un eventual contagio de coronavirus.
“Esta son las colas que se forman en la carnicería de la esquina de mi casa para la carne. Yo no entiendo que pongan dos puntos de venta para Santo Suárez, en vez de llevarlos a las distintas carnicerías. Es mala organización sin intención del gobierno, o es que le gusta ver al cubano ripiarse en las colas para tenerlos entretenidos y ellos seguir con su mal ordenamiento”, escribió indignada en Facebook la usuaria Odalis Jaramillo Arabí.
Para evidenciar la justeza de su queja y crítica, Jaramillo compartió varias fotos de la fila, imágenes que igualmente indignaron a otros cubanos en la red social y motivaron que comentaran el post de la residente en la populosa barriada del capitalino municipio 10 de Octubre.
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“Ese desastre es en todos los municipios, con la cantidad de casos de covid19 que hay ahora y el gobierno favoreciendo y propiciando las moloteras, yo me pregunto dónde dejaron el cerebro esa gente que dirige?”, espetó Mabel Bertot, mientras que Vivian Bravo aseveró que “no estamos para entender”.
“La respuesta es la siguiente: No hay la suficiente carne del mamífero nacional para poder repartir en todas las carnicerías. Como que tampoco van a alcanzar todas las personas que hagan la cola, así que duerman hasta el bello día 1ro. Así de sencillo. ¿Entonces? El campesino la vende al precio que le da la gana, ¿Por qué? Una sola respuesta: no existe la competencia”, agregó.
Este martes, el crítico de arte Jorge Gómez de Mello compartió también lamentables imágenes de una fila de cubanos por el cerdo del 24 de diciembre, para la cena de Noche Buena.
La cola se produjo en un mercado de la calle 15, entre 24 y 26, en el Vedado habanero.
"Tercer día consecutivo de aglomeración, calculo 500 personas, para comprar un pedazo de carne de cerdo, producto desaparecido de la mesa de los habaneros desde hace meses", escribió Gómez de Mello.