El noticiero del mediodía, de la televisión cubana, comparó a los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) con las redes sociales, al punto de decir que son ejemplos de solidaridad entre cubanos y medios para comunicarse y convivir.
Es cierto que, en los barrios de Cuba, como en cualquier otra parte del mundo, hay redes de vecinos que ayudan a la convivencia y permiten hacer más llevaderas la escasez y los problemas cotidianos. Sin embargo, CDR no significa comunidad, y ese es el problema de esta especie de crónica aparecida el 28 de septiembre.
Fue un intento de darle un aire juvenil y “moderno” a un tema de propaganda política ya gastado: el aniversario de los CDR, que se celebra todos los 28 de septiembre, una organización con una historia polémica en la isla.
Fundada por el difunto dictador Fidel Castro para mantener el control sobre la población cubana, esta “institución de masas”, como la llaman en Cuba, se ha encargado de mantener la vigilancia sobre opositores y personas contrarias al régimen desde hace casi cinco décadas.
Es sintomático que la crónica sólo hable de los momentos más “alegres” de la organización: precisamente la fiesta por el aniversario que se celebra en todos los barrios el 28 de septiembre, el único momento que tiene alguna significación real para los vecinos. Fuera de eso, o sirve como engranaje del régimen o no hace nada la mayor parte de las veces.
¿Los cubanos realmente comparten esa opinión idílica sobre los CDR? María Cristina, residente en Quivicán, Mayabeque, reclamó en redes sociales que los ciudadanos no quieren Comité de Defensa de la Revolución (CDR), lo que quieren es libertad.
La mujer estaba molesta porque el programa oficialista "Al mediodía" preguntó a los televidentes en qué año se estrenó la canción de los CDR, y quien respondiera correctamente, se ganaba una recarga.
“Ya no saben qué van hacer para que el pueblo no olvide la caduca organización que sólo ha servido para promover el odio entre vecinos, dándoles un papel que no les corresponde como sociedad civil”, agregó.
María Cristina asegura que “el cubano no quiere CDR ni ninguna otra organización que financie su control, que adquirir un trabajo no dependa de una investigación en el barrio para saber nuestra orientación política. Queremos libertad para vivir sin depender de los ojos que nos miran, sin ese odio escondido entre vecinos, sin esa puñalada del amigo y la envidia que promueven los CDR”.
La víspera, Michael G. Kozak, subsecretario del Departamento de Estado de EE.UU, refirió que “los CDR forzaron a los cubanos a expiar y desconfiar de sus vecinos”.
El recién estrenado “coordinador nacional” de los CDR, el espía Gerardo Hernández Nordelo, había anunciado previamente que “la conmemoración” debe ir acompañada de “la disciplina y el aislamiento, en cumplimiento de las medidas para enfrentar la pandemia de COVID-19”.