La Embajada de Estados Unidos en Cuba reiteró su “gran preocupación” por la situación de los presos políticos del régimen, ante la muerte en la cárcel del activista Yosvany Aróstegui.
“Vemos con gran preocupación reportes sobre la muerte del prisionero político Yosvany Aróstegui, tras 40 días en huelga de hambre”, se lee en las redes sociales de la sede diplomática.
“Enviamos nuestras más sentidas condolencias a su familia.
Reiteramos que los derechos humanos de todas las personas, incluido los opositores pacíficos, deben ser respetados”, exigió la delegación estadounidense.
Este viernes 7 de agosto, varios activistas cubanos lamentaron en redes sociales el fallecimiento del preso político camagüeyano Yosvany Aróstegui Armenteros debido a una sostenida huelga de hambre por más de 40 días, según varias fuentes que publicaron la noticia.
“Hoy lamento la pérdida de mi amigo Yosvany Aróstegui”, escribió en Facebook el activista cubano Juannier Rodríguez. “Tras llevar tiempo en prisión Yosvany se plantó varias veces, esta última pasó más de 40 días en huelga. Murió hace unas horas en el hospital Amalia Simoni, en Camagüey”.
Según Rodríguez, tras el fallecimiento del activista la Seguridad del Estado no permitía que “algunos opositores” asistieran al funeral.
La abogada cubana Laritza Diversent, directora del Centro de Información Legal Cubalex, expresó su “profunda tristeza y dolor” por la muerte del preso político cubano Yosvany Arostegui, quien sostuvo una huelga de hambre durante 40 días en Camagüey.
“Imagino lo solo que se sintió y lo convencido que estaba que prefirió extenuar su cuerpo hasta apagarlo”, escribió Diversent en un post de Facebook, este domingo.
“Su muerte me recuerda los miles de personas que, en las cárceles cubanas, utilizan su cuerpo para protestar contra los injustos procesos penales. Me hace tener más presente a todos los activistas que como Silverio Portal son encerrados como castigo por ejercer sus derechos a expresar, criticar, protestar, reunirse y asociarse”, agregó la abogada cubana.
Diversent también rememoró que durante los años en que Cubalex trabajó dentro de la Isla la mayoría de sus clientes eran personas privadas de libertad.
“Lloré muchas veces al teléfono, en silencio, sin encontrar las palabras para dar ánimo a una persona que vive un infierno”, contó la abogada. “‘No aguanto más, me voy a tirar el lazo (ahorcarse)’”, me confesaban. Muchos de ellos solo necesitan que los escuchen, se colocan en huelga de hambre solo para llamar la atención sobre sus casos, porque no tienen ningún medio para denunciar, y lo único que tienen en ese lugar es a ellos mismos, sus cuerpos”.
Diversent criticó que la sociedad no mire hacia las prisiones. “‘Si (un preso) está allí es porque algo hizo’, decimos. No, no es así. Cualquiera en Cuba termina en prisión, porque no existen garantías del debido proceso, no tenemos jueces ni tribunales independientes, no hay supervisión de los procesos judiciales. Puedo seguir enumerando, pero ¿qué podemos esperar de un sistema donde tiene más valor una 'huella de olor' que una prueba de ADN?”, se preguntó.
“Yo quiero que en mi Cuba, el Estado respete las garantías del debido proceso, quiero tribunales y jueces independientes. En la memoria (de) Yosvany Arostegui, que murió exigiendo justicia, te recordaré que no vale la pena mañana le des tu voto a unos tipos que violan tus derechos día a día, porque tú tienes el poder para castigarlos”, terminó la directora de Cubalex.
Yosvany Aróstegui Armenteros falleció en el hospital Amalia Simoni, de Camagüey, el pasado 7 de agosto de 2020, después de 40 días en huelga de hambre.
Tras su fallecimiento, el cuerpo del opositor fue cremado. Según el activista Juannier Rodríguez, la Seguridad del Estado no permitió que “algunos opositores” asistieran al funeral.
A Aróstegui Armenteros “le conocían por ser aquel opositor que iba a las protestas con un carretón lleno de activistas”, agregó el activista en su post de Facebook. “Cuando hice por primera vez amigos opositores en Camagüey, fue en su casa donde me quedé”, también apuntó.
Hasta su muerte, el opositor cubano fue miembro del Frente de Resistencia Orlando Zapata Tamayo. En 2016, su nombre formaba parte de la lista de presos políticos difundida tras la visita del expresidente estadounidense Barack Obama a Cuba.