Un nuevo hotel cinco estrellas se construye en la playa de Guardalavaca, provincia cubana de Holguín, a pesar de que la crisis del coronavirus ha paralizado el turismo en Cuba y la mayoría de los países, y de que la población de la isla sufre un desabastecimiento general.
Expertos han criticado la inversión gubernamental en hospedajes que no podrán ser ocupados por el bajón de viajeros internacionales, en vez de asegurar alimentación a los ciudadanos, pero el régimen castrista sigue enfocado en sus negocios turísticos.
Para finales del 2020 prevén la entrada en operaciones, en el polo holguinero, del hotel Almirante, instalación cinco estrellas, perteneciente al grupo estatal Cubanacán.
“Se encuentra al 90 por ciento de terminación de la primera etapa, con su edificio principal, restaurantes, bares y piscinas listos. Va quedando por concluir parte de la planta real, más un bloque habitacional y el bar-mirador posicionado en el último piso, que constituye tremenda atracción”, dijo la subdirectora general Gipsy Hernández al diario oficialista Juventud Rebelde.
El hotel dispondrá de 514 habitaciones (seis niveles en el bloque principal), un salón buffet y cuatro restaurantes especializados. Será el segundo de su rango que abren en toda la región oriental de la isla y prometen “ofertas especializadas únicas en la provincia”, como un restaurante japonés. Además, 54 habitaciones tendrán mayordomos.
“Todavía el personal que trabajará en el Almirante está en proceso de selección, pero ya se definieron muchos trabajadores para las áreas de bebidas y alimentos, amas de llaves, mantenimiento, jardinería, abastecimiento, recursos humanos y otros departamentos. Alrededor de 480 personas laborarán acá, aunque esa cifra oscilará en dependencia del nivel de ocupación del hotel”, explicó Carlos Rodríguez, delegado de Cubanacán en Holguín.
La empresa cubana Arcos y la francesa BBI (Bouygues Batiment Internacional) han sido las contratistas del hotel, en cuya construcción han participado varias entidades de la isla, informó el periódico de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Aunque las autoridades cubanas le ponen todo al turismo para contener la debacle económica, lo cierto es que varios expertos han alertado que es una apuesta fallida. Incluso antes de la crisis internacional que está generando la pandemia del coronavirus, en el 2019, viajaron a la isla solo cuatro millones 275 mil 561 turistas extranjeros, lo que representó un decrecimiento del 9,3% comparado con el año precedente, según la oficialista Prensa Latina.
El prestigioso economista Pedro Monreal desaconseja estos movimientos de reapertura que emprende el régimen. Advirtió en Twitter el despropósito de invertir en el turismo cubano cuando otras áreas como la alimentación o la higiene familiar están prácticamente desatendidas por el estado.
Las valoraciones de Monreal a través de la red social surgieron a raíz de una información del diario oficialista Trabajadores sobre la ejecución del proceso inversionista en Varadero por parte de Hicacos, la Empresa Construcción y Montaje de Obras del Turismo. Cuba continúa destinando presupuesto, en tiempos de coronavirus, al sector del ocio que ahora mismo no es prioritario y está a la baja en el mundo entero.
Monreal afirmó en sus tweets que: “La burbuja inmobiliaria turística pinchó hace rato en Cuba y no se justifica invertir copiosamente cuando ya existe exceso de capacidad de alojamiento y cuando las perspectivas del turismo no son redituables”.