El pasado 30 de junio fue malograda por la Seguridad del Estado, una marcha
pacífica convocada en las redes sociales, para exigir justicia por el asesinato del
joven afrocubano Hansel Ernesto Hernández Galiano, por el disparo de un policía.
Más de cuarenta detenciones, prisión domiciliaria y amenazas a los participantes
se contabilizaron ese día y aunque la marcha no se efectuó, algunos dicen que es
una victoria de la oposición, el hecho que el gobierno muestre su represión contra
las manifestaciones pacíficas y el ejercicio de los Derechos Humanos,
reiteradamente violados en Cuba.
Una marcha pacífica en las calles reclamando derechos, es lo último que va a
permitir el gobierno comunista. Su lema: las calles es de los revolucionarios lo dejó
bien sentado como tarea permanente el desaparecido Fidel Castro, conocedor que
tal acontecimiento seria el fin del poder revolucionario.
Un viejo proverbio reza: en guerra avisada no muere soldado y con mucho tiempo
de antelación los órganos represivos tuvieron conocimiento a través de la
convocatoria y la posibilidad de trazar sus planes y estrategias para no permitir
que la marcha se efectuara.
Las principales figuras del activismo en Cuba fueron reprimidas mediante la
detención o la modalidad retención domiciliaria, como en mi caso, dos agentes de
la Policía Política se presentaron en mi vivienda de noche, para advertirme que no
podía salir de la casa el día 30.
Las detenciones fueron de corta duración, las prohibiciones de salir hasta el
tarde-noche. La marcha no se efectuó, aunque algunos aseguran que fue un triunfo,
al mostrarse la cara represiva de la dictadura, no se consiguió ningún objetivo,
porque lo importante no es el mensaje que se envíe al mundo que en Cuba hay
represión, lo que urge es el mensaje que debemos dar al pueblo, en la calle y
arrastrarlo a que se sume en la avalancha que se necesita.
Convocar a una marcha en Internet anunciando fecha, hora y lugar de la acción,
es en una guerra darle las coordenadas al enemigo, para que nos neutralice. Se
necesitan planes, estrategias, para conseguir el resultado verdadero: la realización
de una marcha por la avenida 23 y que se sume el pueblo.
Al otro día de abortada la marcha del Yara, inicié una campaña en las redes con
una frase del apóstol: En silencio a tenido que ser, porque hay cosas que para
lograrlas han de andar ocultas. Solicité seguidores que se abanderaran con ese
mensaje martiano y se tomaran medidas en lo adelante donde no se anuncie a
bombo y platillo manifestaciones como es una marcha en la calle.
Muchas figuras de la oposición estuvieron de acuerdo en sus comentarios y se
sumaron. Se necesitan estrategias y cuidado, si de verdad se quiere realizar una
marcha en las calles exigiendo justicia y el respeto de los derechos humanos y
que hoy les faltan a los ciudadanos.
Es un llamado que comienza. Una exhortación al trabajo organizado. Los grupos
políticos de la oposición en sus reglamentos deben prever pericias para llevar a
cabo con éxito una actividad. Los activistas, artivistas, influencers, artistas,
periodistas y demás miembros de la sociedad civil, deben también instaurar
estrategias. Recordemos que vivimos bajo una dictadura.
La libertad tenemos que conquistarla, pero eso solo se consigue con astucia.
No por gusto es emblemática la anécdota del mensaje mambí dentro de un
tabaco, anunciando el comienzo de la guerra. Algún símil deberá hallarse, para
que una marcha en la calles se realice y sorprenda a la Seguridad del Estado con
un pueblo desbordándose hasta su simiente.