La pista de patinaje del Palacio de Hielo, un centro comercial al norte de Madrid, se convertirá durante la crisis del coronavirus en una gran morgue por el colapso de las funerarias.
El complejo pasó en poco más de semanas de ser uno de los principales ejes de ocio de la zona a un depósito de cadáveres. Cedido por la empresa concesionaria para tal efecto, almacenará los cuerpos de los fallecidos por covid-19 ante la imposibilidad de inhumarlos o incinerarlos en los plazos previstos.
La transformación de la superficie, ya en marcha, es una decisión del Gobierno de la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Defensa.
Tiene 1,8 kilómetros cuadrados y se ubica a escasos quince minutos de Ifema, donde se levanta un hospital de emergencia con más de un millar de camas, el mayor de España. Su nuevo uso pretende aliviar la carga de los crematorios por el elevado número de muertes, que en la región superaban los mil 200.
Fuentes del gobierno citadino detallaron que el acuerdo se formalizó el pasado viernes y, tras el visto bueno del área de Salud Pública regional, las instalaciones se empezaron a habilitar para que estuviesen listas a la mayor brevedad posible.
“Se trata de una medida temporal y extraordinaria encaminada, fundamentalmente, a mitigar el dolor de los familiares de las víctimas y la situación que se registra en los hospitales madrileños”, indicaron desde la Comunidad de Madrid en un comunicado.
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La decisión del Gobierno regional y Defensa, remite a la “escasez de recursos para el depósito de cadáveres derivado de la situación generada, que implica un número importante de fallecimientos diarios, superior a los recursos de instalación disponibles en la ciudad de Madrid” y, en consecuencia, “se hace necesario disponer de instalaciones adicionales para poder gestionar el depósito y posterior traslado de cadáveres a destino final”.
Así, la pista de hielo ha quedado habilitada para el depósito de los féretros cerrados, habida cuenta de que se obtendrá el frío necesario para el correcto mantenimiento de los cadáveres.
Estos, según recoge un informe, se apoyarán sobre una superficie técnica de material polimérico, con un grosor de entre 2 y 3 centímetros, para evitar el contacto directo con el hielo. Además, las mismas instalaciones servirán para el almacenaje de los féretros.