El alcalde de Miami, Francis Suárez, y el senador Rick Scott, anunciaron hoy que decidieron someterse a cuarentena voluntaria por haber estado expuestos al coronavirus tras reunirse con un miembro de una delegación brasileña que dio positivo al covid-19.
Suárez confirmó en un video que había estado en contacto con el funcionario brasileño y que había decidido aislarse aunque no manifiesta ningún síntoma.
Por su parte, Scott dijo en un comunicado que “la embajada brasileña alertó a mi oficina de que un miembro de la delegación del presidente Bolsonaro dio positivo por coronavirus. El lunes me reuní con el presidente en Miami, y aunque no creo haber interactuado con la persona infectada, esa persona estaba en la misma habitación que yo”.
Scott sostuvo que “la embajada dijo que la persona no tenía síntomas antes del día de la conferencia. Después de consultar con el médico tratante del Senado y mi médico personal, me han dicho que mi riesgo es bajo y que no necesito hacerme una prueba o ponerme en cuarentena. Sin embargo, la salud y la seguridad del pueblo estadounidense es mi enfoque y he tomado la decisión de ponerme en cuarentena por precaución”.
“Me siento saludable y no tengo ningún síntoma en este momento. Seguiré trabajando en mi plan para combatir el coronavirus y proteger a las familias estadounidenses, y mis oficinas en D.C. y en todo el estado seguirán en pleno funcionamiento para ayudar a los floridanos”, concluyó.
El funcionario de la delegación brasileña que fue diagnosticado con el virus es Fabio Wajngarten, jefe de la Secretaría Especial de Comunicaciones (Secom) del presidente Jair Bolsonaro. El mandatario brasileño también se somete a pruebas para saber si contrajo el virus.
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Wajngarten participó el sábado en una reunión oficial en el resort de Donald Trump en Florida, y publicó una foto suya junto al presidente de Estados Unidos.
La epidemia de coronavirus de Wuhan, una de las mayores crisis sanitarias de los últimos años cuyas consecuencias son todavía impredecibles, se ha extendido por más de 100 países y afecta a unas 140 mil personas, de las que más de 4700 han perdido la vida.