El hermano
El recientemente fallecido Mario Fernández, líder empresarial del exilio patriótico de New Jersey, luchador incansable por la libertad por un mejor destino para el pueblo cubano, pertenece a esa hermandad espiritual cubana
Actualizado: Tue, 03/19/2024 - 09:13
En la cultura cubana el nivel superior de amistad se denomina hermandad. Este nivel de la amistad es considerado igual o superior al que entraña el hecho biológico, porque indica comunión de valores más allá de los lazos de sangre. Esta hermandad se profundiza cuando se comparte una causa. Pueden compartirse pasatiempos y entretenimientos, pero la filiación a una causa es el motivo mayor para profundizar los lazos de la amistad: requiere entrega, sacrificio, lucha, desprendimiento, sin importar las consecuencias.
Cuba, a través de su historia, de sus múltiples infortunios y desdichas, ha sido bendecida por hombres y mujeres capaces de amarla de manera singular. Según el Evangelio, este es el sentido superior de la amistad. Esta hermandad cubana en el sacrificio transciende el tiempo y el espacio.
El recientemente fallecido Mario Fernández, líder empresarial del exilio patriótico de New Jersey, luchador incansable por la libertad por un mejor destino para el pueblo cubano, pertenece a esa hermandad espiritual cubana.
Bendecido sea su nombre. Derrochó generosidad: con su persona, con sus recursos para la causa cubana y en apoyo a sus amigos, a sus hermanos. Dio sin descanso. Desde su participación en la lucha estudiantil contra el gobierno de Batista, pasando por su participación en el clandestinaje anticastrista, su asilo en una embajada en La Habana, su incorporación a las unidades cubanas del Ejército Americano, su colaboración activa con los grupos de Misiones Especiales, su labor fundamental como organizador y soporte para las actividades del exilio patriótico en New Jersey, su defensa de los presos políticos cubanos en cárceles cubanas y alrededor del mundo, su liderazgo en la Flotilla Democracia, hasta su rol como benefactor del Directorio Democrático Cubano, acumuló un historial de lucha inmenso, invaluable.
Sin embargo, nunca pidió reconocimientos, es más, huyó de ellos. Solo pidió trincheras desde las cuales luchar.
He perdido demasiados hermanos en este camino, pero también he sido bendecido con la presencia de ellos en mi vida. Los recuerdo y los venero todos los días.
Por la gracia de Cristo, viven eternamente en el corazón de Cuba. Así es y será con Mario Fernández.