Las niñas son las que saben querer
No es cosa de juego, pero parece que a las autoridades les importa un bledo la situación, como si alguien pensara que Sancti Spíritus podría convertirse en la primera fábrica de niños en Cuba y que la provincia sola lograría el repoblamiento de la isla.
Actualizado: December 17, 2024 7:25am
Y también parecen saber lo que quieren.
Pero los niños ya no vienen de París, sino de Sancti Spíritus.
No es cosa de juego, pero parece que a las autoridades les importa un bledo la situación, como si alguien pensara que Sancti Spíritus podría convertirse en la primera fábrica de niños en Cuba y que la provincia sola lograría el repoblamiento de la isla.
A una edad en que todavía no están preparadas para la vida, se embarazan. Y no es por culpa del calentamiento global. Es parte de la poca esperanza en el futuro, o de la desesperanza del presente. “Las adolescentes embarazadas representan un 20,4% del total de gestantes en la provincia de Sancti Spíritus en lo que va de 2024”.
Eso, solo en esa provincia, porque está a la vanguardia en ese sentido, pero la problemática es igual en toda Cuba. No hay qué comer, la programación de la televisión es muy mala, no se puede leer porque no hay luz. ¿Qué queda para que la gente joven se distraiga o se divierta? Pues el amor. El amor en vivo y en directo, por instinto, donde sea y como sea, comandante en jefe, ordene.
Si a esa amorosa circunstancia (que tiene también que ver con “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, menos en las cañerías y los lavabos) se le agrega la carencia de métodos anticonceptivos, la falta de responsabilidad, la ninguna supervisión familiar, ligada a la filosofía de que es igual 8 que 80, ya se explica el lamentable fenómeno de niñas con un niño adentro.
No es un secreto esta noticia: “Las farmacias desde hace años no tienen condones en venta y la escasez y precariedad del sistema de Salud Pública también afectan a otras formas para evitar embarazos no deseados”. Las autoridades, que cada día tienen menos autoridad, culpan al bloqueo. Ahora resulta que el criminal bloqueo tiene que ver con los úteros y las placentas, y no un sistema que se derrumba bajo el grito de “sálvese quien pueda”.
En el pasado no tan remoto los preservativos que uno encontraba en las farmacias eran de fabricación china, y tenían una piel delicada y endeble, y entonces uno se explicaba por qué la población china crecía indetenible en este mundo. Pero ya no hay ni eso. Condones, digo, porque chinos hay y habrá, con preservativos y sin preservativos.
“El ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, reconoció ante los diputados en julio de 2023 que una problemática aún mayor que la propia fecundidad adolescente es el incremento de los embarazos en edades todavía más tempranas, por debajo de los 15 años”. El desgobierno cubano, que cada vez se parece más a una comparsa sin faroleros y con los bailarines borrachos, reconoce el problema, pero no dice cómo resolverlo o evitarlo. Y uno lo agradece a esta altura del juego, porque en el transcurso de 65 años ha sido peor el remedio que la enfermedad.
Algunos expertos (no en adolescentes de Sancti Spíritus) se han reunido con el gobierno para abordar el problema (no el problema del gobierno, sino el otro) y han reconocido lo siguiente: "El embarazo en la adolescencia se ha naturalizado y existe poca percepción del riesgo sobre sus consecuencias para el desarrollo físico y psicológico de las niñas y las adolescentes".
Habría que ir casa por casa (de día, para que no piensen que uno va a engendrar) y preguntar a cada adolescente con qué piensa alimentar al fruto de sus entrañas, en caso de que lo traiga al mundo.
Acto seguido pudiera enseñárseles fotos del deterioro de las ciudades y pueblos y una lista de los animales en vías de extinción como vacas, toros, chivos, langostas, camarones, conejos, pollos y un largo etcétera (ahí entrarían también los huevos- los de gallina solamente-). Si eso no las asusta se podría recurrir a viejos discursos del Delirante en jefe (los más largos), los de su hermano el generalito y alguno de Díaz-Canel, o solamente cuando habla en inglés.
Si de todos modos las adolescentes de Sancti Spíritus (y luego de otras provincias) no recuperan la cordura y deciden no cuidarse cuando tengan relaciones, no sería mala idea hablarles de una nueva ley que amenaza con caerles sobre sus cabezas: “El Código de la Niñez, Adolescencias y Juventudes”.
Y sin explicarles mucho de qué trata, leerles esta nueva sandez que ha soltado el Puesto a Dedo (que suelta las boberías como los mosquitos y paramecios sueltan sus larvas), y alertarlas de que eso va con ellas y con los futuros pequeños que traigan a la vida: "Aquí estamos hablando del presente y el futuro del país, de un código que tiene que proteger, pero también preparar para la vida, preparar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que puedan desarrollar todas sus capacidades en favor de la Revolución".
Ya tú sabes por dónde viene el carro de la basura. Capacidades y Revolución, dos disparates. Porque, para rematar (ya ha rematado al país) dijo: "Va a ser código totalmente emancipador y engrandecedor".
Si después de eso conciben algo que no sea una gran decepción o un berro de ocho pisos, se ha de mencionarles, bien bajito, que pasará las noches sin ver a su hijo porque no habrá luz. Y que el niño no disfrutará de dibujos animados en su infancia, por la misma causa. Y que deberá esperar 18 largos años para poderse ir del país.
Ya verán cómo en la isla desaparecen el sexo y los adolescentes.
A menos que el padre de las criaturas sea Sandro Castro.