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Los que van a llorar te saludan

Oscar y Rafael, dos huracanes, hicieron mucho daño recientemente en Cuba. Y luego, un terremoto sin nombre castigó una amplia zona en el oriente del país.

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Los que van a llorar te saludan
Armando Tejuca | Los que van a llorar te saludan

Actualizado: November 19, 2024 9:38am

Oscar y Rafael, dos huracanes, hicieron mucho daño recientemente en Cuba. Y luego, un terremoto sin nombre castigó una amplia zona en el oriente del país.

Pero ese daño de Rafael y de Oscar no puede compararse al que le han infligido a la isla, durante 65 años, Fidel, Raúl, Miguel y el Partido Comunista. Esos han sacudido la tierra, el alma, los ojos, la voluntad, el estómago y el corazón de los cubanos, hasta dejarles, a los que todavía viven allí, un miedo tremendo, no al futuro, sino al presente, y hasta un poco al pasado.

Año tras año, desde aquel fatídico 1 de enero de 1959, con la idea absurda de que habían liberado a la isla de una dictadura, Fidel Castro implantó otra, que parecía -solo parecía- más justa, más noble, más humana, pero que arruinó para siempre todo lo que se había logrado con la República, incluso con la precaria democracia que estaban aprendiendo a construir y defender los nietos de Liborio.

El cubano de hoy llora. Lloraría más si no fuera porque “en Sancti Spíritus, varios individuos sustrajeron del frigorífico local varios quintales de semilla de cebolla, junto con otra cantidad de simiente de col-repollo”. Lo del repollo no duele tanto, pero tener los ojos secos por ausencia de cebolla, sí es grave. Un dirigente comentó así la dolorosa noticia: "Esta afectación provoca que en el país se dejen de sembrar un gran número de hectáreas. Este año no se pudo importar la simiente para la siembra de cebolla, dadas las limitaciones que todos conocemos, y se iba a utilizar la Caribe 71 de producción nacional". Solo faltó que alguien cantara “Las nanas de la cebolla”.

Y eso sí provoca llanto. Hablar de producción nacional, de cualquier cosa, abre los lagrimales como si fueran una arteria acariciada por un samurai. A quienes robaron los quintales de semillas de cebolla, que pudieran haber hecho llorar a tres o cuatro provincias de la isla, de seguro los condenan a varios años de prisión. Pero ¿qué hará la justicia con quienes han despedazado a las familias, hundido la economía, destrozado las ciudades y fomentado la desconfianza entre los nacidos en esa tierra, antes musical y alegre?

Tal vez todo era parte de un guion, donde el robo de la simiente de cebollas estaba previsto solamente para comprobar si los habitantes de la isla eran capaces de romper a llorar sin cortarlas, así, al pelo. Si no fuera una idea tan amarga, me atrevería a sugerir que la historia de Cuba, sobre todo después de 1959 -aunque podrían incluirse episodios desde 1953- debería estar narrada por el genio de Armando Calderón, el de la dominical Comedia Silente, porque hemos tenido tantos Caras de Globo y Sopletes, que esto es de queridos amiguitos.

Pero la prensa, ese espejismo que hace que pensemos que nos vamos a enterar de lo que pasa en el mundo, y también de que el mundo conocerá nuestra realidad, a veces, en lugar de poner el dedo en la llaga, se lo introduce al cubano en el ojo. Se regodean, gozan con lo que la gente sufre, y si no me creen, miren esto: “Habrá menos cebolla en Cuba tras un millonario robo a una empresa estatal”. Y nos hacen pensar que no debería sembrarse cebolla nunca más, si total, ya estamos entrenados para llorar con lemas y consignas, con la ronquera machaza de Raúl Castro o los ditirambos de Díaz-Canel “Puesto a Dedo”. Aviso al CIMEC o a la clínica “Cira García”, que preparen salón de urgencias para operar del derrame a Miguelito cuando lea lo de “ditirambos”.

El sujeto en cuestión suele embriagarse cada mañana de “triunfalín”, un medicamento inventado por Fidel Castro después de llegar tarde a aquel asalto al cuartel Moncada. En pequeñas dosis aumenta la euforia más que el vodka Smirnov a Boris Yelsin, pero este Yelsin sin casa no reconoce, ni lo reconocerá, que la viga le entró en lo que quedaba de cerebelo: “Con decenas de miles de cubanos sin luz, Díaz-Canel celebra que se avance 'tanto' tras el paso de Rafael”. Qué paso más chévere.

A continuación, una breve e incompleta relación de acontecimientos que fueron destrozando al país:

-La historia me absolverá.
-Obra pedida, agotada.
-Si salgo, llego. Si llego, entro. Si entro, triunfo.
-La reforma agraria.
-¿Armas para qué?
-¿Voy bien, Camilo?
-La reforma urbana.
-La Nacionalización.
-Los 5 puntos de Fidel.
-En el pueblo hay muchos Camilos.
-Desecar la ciénaga de Zapata.
-Nemesia, flor carbonera (Conocido también como “los zapaticos blancos” o abuelo, yo uso el 6 y medio)
-La primera derrota del imperialismo en América.
-Cuba, faro de América toda.
-Nikita, mariquita, los cohetes no me los quitas.
-Seremos como el Che.
-Las UMAP.
-Somos un hueso duro de roer.
-Los diez millones van.
-El ejército juvenil del trabajo.
-Somos latino africanos.
-El partido es inmortal.
-Que se vaya la escoria.
-No los queremos, no los necesitamos.
-El que no salte es yanki.
-Cuando un pueblo enérgico y viril llora.
-La moringa.
-El limón es la base de todo.
-GAESA.

Y por ahí pa´llá.

Oscar y Rafael hicieron mucho daño recientemente. Y luego, un terremoto. Escribe tú las cosas que me faltan.