El deshielo de Obama fue positivo, asegura viceministra del régimen
La dictadura cubana obtuvo en esta etapa beneficios económicos y políticos, sin embargo, el castrismo no realizó ninguna transformación beneficiosa para el pueblo cubano
Actualizado: December 20, 2024 12:49pm
La Administración de Barack Obama no le impuso condiciones al régimen cubano durante el restablecimiento de las relaciones bilaterales hace diez años. Así lo señaló la viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina de la Caridad Vidal Ferreiro, en un panel de la XXII Edición de la Serie de Conversaciones “Cuba en la Política Exterior de Estados Unidos de América” , efectuado el 17 de diciembre en el Hotel Nacional.
"No se le impusieron a Cuba condiciones para iniciar este proceso ni se le exigieron concesiones relacionadas con la política interna o la política exterior cubana", señaló la funcionaria como algo positivo de aquel momento histórico.
La funcionaria castrista destacó que el proceso fue viable principalmente porque existía “una voluntad personal del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y presencia dentro de estructuras de decisión de su gobierno de un grupo de personas convencidas de la conveniencia de aplicar un nuevo enfoque hacia Cuba”.
Por las palabras de Vidal Ferreiro se evidencia que el poder cubano añora la etapa del deshielo por las concesiones dadas por el Gobierno de Obama, que ni siquiera consiguió la liberación de los presos políticos en la isla.
En marzo de 2016, el dictador Raúl Castro afirmó que no había presos políticos en la isla ante la pregunta de un periodista durante una conferencia de prensa conjunta con Obama, en La Habana.
"Si hay esos presos políticos, antes de que llegue la noche van a estar sueltos", dijo Castro, pero nadie fue liberado.
Durante el panel sobre las relaciones entre ambos países, la viceministra destacó como logros del periodo la liberación de los tres espías cubanos que permanecían encarcelados en Estados Unidos, la exclusión de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo y el establecimiento de una comisión bilateral que se reunía trimestralmente para revisar los avances en la normalización de las relaciones y la reapertura de embajadas en ambas capitales.
Vidal Ferreiro detalló que hubo un fuerte intercambio diplomático con “25 visitas de alto nivel, tres reuniones entre los presidentes de los dos países, se firmaron 22 acuerdos, 16 de ellos de cooperación en áreas de interés común".
Uno de los objetivos que perseguía el régimen al reanudar las relaciones con Estados Unidos era el levantamiento del embargo de EE.UU. a Cuba, un fin que no se cumplió y que Vidal Ferreiro mencionó en varias ocasiones.
Entre 2015 y 2016 la dictadura cubana insistió en que EE.UU. aplicara medidas de modificación del embargo.
“También vimos la oportunidad de que se pudieran aplicar medidas que contribuyeran en ese momento a una erosión progresiva y paulatina del bloqueo económico contra Cuba”, comentó la funcionaria.
La viceministra señaló que el Gobierno estadounidense no aprovechó todas sus prerrogativas ejecutivas y mantuvo las limitaciones a las exportaciones entre ambos países, la prohibición de inversiones estadounidenses en Cuba y la ausencia de relaciones bancarias directas. No obstante, el régimen cubano obtuvo importantes beneficios económicos del aumento del turismo a la Isla, la llegada de cruceros y la eliminación de sanciones asociadas a la eliminación de la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Vidal Ferreiro dijo que la experiencia del deshielo dejó un legado valioso como "modelo de lo que pudiera ser una relación de convivencia entre nuestros dos países".
En la exposición de la funcionaria no hubo ninguna mención a beneficios para el pueblo cubano, que continuó siendo víctima de la represión, la falta de derechos, las carencias económicas y el sometimiento a un sistema totalitario que lo priva de cualquier posibilidad de generar cambios por vías democráticas.
El exprisionero político Ángel Moya fue categórico al afirmar que el restablecimiento de las relaciones "no ha traído ningún beneficio para el pueblo cubano, porque fue sin condicionamientos, que era lo que buscaba el régimen y lo logró".
Moya destacó que la represión continúa y el nivel de vida de los cubanos se deteriora cada vez más.
Por su lado, Manuel Cuesta Morúa señaló que “Obama y su visita a Cuba permitió comprender a las mayorías que el obstáculo al progreso no está en el embargo, sino en el bloqueo del gobierno a las oportunidades para todos".
Laritza Diversent, directora ejecutiva de Cubalex, dijo a ADN Cuba que ni las políticas permisivas ni las restrictivas han dado resultados efectivos. Enfatizó la necesidad de enfocarse en "quienes realmente pueden promover el cambio, que son los que están dentro de Cuba".
Por su parte, Norges Rodríguez, CEO de Yucabyte, mencionó que los beneficios económicos se limitaron a "un grupo selecto de la sociedad cubana, sobre todo vinculados al turismo".
Aunque en los últimos cuatro años la administración Biden no retornó a las políticas de Obama como esperaba el castrismo, tampoco mantuvo una actitud confrontativa con La Habana.
Este panorama pudiera cambiar el próximo enero con la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, acompañado por el cubanoamericano Marco Rubio como secretario de Estado, quien es un crítico ferviente de la dictadura cubana.
Desde hace unas semanas, el régimen cubano ha anunciado, por todas las vías posibles, su disposición "a dialogar" con la nueva administración, pero siempre en sus términos, que excluyen cualquier debate sobre derechos humanos y democracia.