Para nadie es secreto que grandes personalidades de la cultura y la vida intelectual cubana se han visto necesitados muchas veces de acudir a otros oficios o tareas para poder llegar a fin de mes. El salario oficial que perciben por sus talentos es sumamente escaso e insuficiente no sólo para vivir de acuerdo a su valía y trascendencia social, sino hasta para permitirse una vida normal.
Tal fue el caso de la popular actriz Susana Pérez, quien contó que en los años más duros del llamado Período Especial tuvo que hacer tamales para sobrevivir y montar una paladar “ilegal” de una sola mesa en su casa.
Radicada desde 2008 en Miami, Estados Unidos, Susana hizo su confesión a la humorista Magdalena la Pelúa, durante una amena charla filmada que ambas sostuvieron mientras hacían buñuelos, uno de los postres más sabrosos que se hacen en la isla.
Fue una entrevista cercana, facilitada por Martí Noticias, en la que Magdalena muestra “una Susana Pérez divertida, casera, segura de sí misma, enamorada, cocinera… ¡Conversan de tantas cosas! ¿Cuál era el salario de Susana Pérez cuando trabajaba en la Televisión Cubana? ¿Qué hizo durante el periodo especial para echar “pa´lante” como todos los cubanos?”
A la pregunta de si alguna vez en Cuba tuvo que cocinar para poder vivir, la actriz afirmó que en Cuba hizo tamales para vender. “¿Siendo Susana Pérez?”, preguntó la humorista entrevistadora, a lo que la aludida respondió orgullosa: “Siendo Susana Pérez”.
“Mi mamá, que en paz descanse, me decía: Yo no quiero que nadie sepa que esos tamales los haces tú. Pero, le decía que, al contrario. Tienes que decir que los hice yo, para que te los compren. Y es verdad que me los volaban”.
Según detalló la que desde hace algunos años es la imagen de My cosmetic surgery, una de las clínicas de cirugía y belleza estética más prestigiosas de Miami, su rol de tamalera desplegó todo su potencial en pleno período especial. “Fue cuando se acabó Las huérfanas de la Obra Pía (telenovela cubana). Me quedé sin trabajo, porque entre una novela y otra había que esperar”.
Además de hacer tamales, la actriz contó también que tuvo una paladar en su casa, con una sola mesa, “cuando estaba prohibido, cuando era ilegal”. “Tenía clientes de la embajada española, que les gustaba ir cuando había apagón”, comentó Susana, tan talentosa para la cocina como para las tablas y pantallas, a juzgar por todo lo revelado.