La Seguridad del Estado citó para este viernes en la tarde a la periodista independiente Mónica Baró, aplicando los mismos métodos represivos de siempre sin importar la pandemia del nuevo coronavirus.
En su Facebook, la reportera de El Estornudo, contó que la citación oficial llegó a su puerta a través de un policía, que no tenía idea de lo que ocurría, pues le preguntó si ella había presentado una denuncia recientemente o había perdido el celular.
Baró denunció también que el papel no cumple estrictamente todo lo que establece la Ley de Procedimiento Penal.
"Falta en ella la advertencia de que a la persona citada se le puede imponer una multa de 50 pesos en moneda nacional en caso de inasistencia injustificada, por primera vez, y que, en caso de una segunda inasistencia, puede ser procesada penalmente. Además, un teniente no tiene facultad para expedir y firmar una citación, porque eso es usurpación de funciones públicas. Deben emitirlas el instructor, fiscal o secretario de un tribunal", dijo.
Sin embargo, la ganadora del Premio Gabo, asistirá este viernes al encuentro con la policía política.
"Pero no quiero seguir postergando lo impostergable. Si poco sentido tiene que las autoridades cubanas realicen entrevistas a periodistas independientes en un contexto en el que nos enfrentamos a una pandemia, y lo que corresponde es quedarse en casa, menos sentido tiene entrar en una confrontación. Esperemos que con Willian mañana todo vaya bien, todo lo bien que pueda ir una entrevista de esta naturaleza", concluyó en su post.
Desde inicios de esta semana, a Mónica la llamaron de un número no identificado, y un oficial de nombre “Jorge”, del Ministerio del Interior, la citó, lo que constituye otro caso de una cadena de hechos coercitivos a periodistas independientes en días recientes.
Ante la negativa de acudir a un llamado informal de la policía, su interlocutor le dijo que si ella “prefería que nos encontráramos mediante una citación oficial, que así iba a ser”.
La periodista aseguró que en el mes de marzo estuvieron en su casa buscándola en dos ocasiones, pero ella no estaba.
“Sé que vinieron en carro, todos hombres, no uno solo, y sé que si hubiera estado no les hubiera abierto la puerta. No por ser agentes sino por ser hombres y por ser yo mujer y vivir sola”, denunció.
No es la primera vez que la reportera, una de las diez personas más destacadas del 2019 en América Latina según El País, es hostigada por la policía cubana debido a su trabajo independiente.
Además de las habituales llamadas y amenazas en Internet, uno de los episodios más lamentables sucedió cuando el 11 de octubre de 2016, ella y otros compañeros de trabajo de la web Periodismo de Barrio, fueron detenidos en el municipio Baracoa, de la provincia de Guantánamo.
En aquella ocasión interrumpieron la cobertura que realizaban sobre el paso de un huracán, y los interrogaron, confiscaron sus medios de trabajo y a Mónica Baró la obligaron a desnudarse en una oficina del Partido de Comunista en la provincia oriental.
