El régimen cubano, en medio de la crisis que atraviesa el país, dedica esfuerzos y presupuesto a levantar un monumento alegórico a la bandera cubana justo en frente de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
“Hermosa, y más será cuando esté terminada...” dijo la periodista oficialista Rosy Amaro Pérez al compartir la imagen del monumento en Facebook.
Las reacciones no se han hecho esperar en el propio post. Muchas pecan de laudatorias hacia la ingente idea castrista, ante el derroche de “dinero y cemento” que construyen como si fuese una obra de arte.
Sin embargo siempre aparecen comentarios lucidos en medio de tanta ciberclaria y marcos “Cuba Viva”. El internauta que se hace llamar Roberto González escribió:
“No me gusta opinar mucho de estas cosas pero, cuánto costará esta idea, recuerdo que cuando se ideó la plaza antiimperialista (cómo le llamaban) Fidel dijo que había costado tres millones de dólares y que no importaba que lo criticaran, recuerdan verdad????? De aquella no queda nada, ahora otra idea que puede que sea costosa también, no creen qué hay otras cosas que priorizar en cuba ??? .Es mi opinión, no se que piensen otros!!!”.
Cuba y La Habana se caen en pedazos
Los temas prioritarios como la vivienda no lo son para la cúpula castrista. Datos oficiales aseguraban que el déficit habitacional en Cuba en 2020 era de 862 879. Aunque estas estadísticas pudieran estar distorsionadas y el número ser mucho mayor.
Cada año, más y más casas se derrumban o son abandonadas por sus habitantes, debido a décadas de abandono y la falta de recursos para mantenerlas.
Las construcciones del Estado, por otra parte, no cubren la demanda anual. Según la agencia estatal de noticias Prensa Latina, al cierre de julio de 2020 se terminaron 20 512 viviendas en Cuba, el 62 % de las previstas para 2019. Para el segundo semestre la meta era alcanzar más de 22 000.
La construcción de viviendas por cada 1000 habitantes disminuyó de 6,1 en 1989 a 3,6 en 2005. En 2006, se construyeron 111 400 nuevas unidades y la proporción subió a 9,9, ambos récords históricos. Pero esas cifras fueron infladas, pues incluyeron viviendas edificadas anteriormente que recibieron ese año una habilitación para la ocupación, así como viviendas en construcción.
Después de 2006, la construcción de viviendas bajó constantemente hasta 22 100 en 2016, mientras que la razón de unidades construidas por 1000 habitantes disminuyó de 9,9 a 1,9.
El presidente del Instituto Nacional de la Vivienda, Víctor Ramírez, declaró en 2008 que 1,17 millones de viviendas (30% del inventario) estaban en condición “regular” o “mala” y que el 85% de las unidades con más de tres pisos necesitaban reparaciones fundamentales, pero la falta de materiales de construcción lo impidió.
El historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal, que fielmente reconstruyó parte de la zona colonial, afirmó en un programa de televisión que 60% del fondo habitacional se encontraba en condiciones pobres.
También aseguró que había un promedio de tres derrumbes diarios, y que si uno de los huracanes de 2008 hubiese azotado directamente a la ciudad, habría sido necesario declarar la ley marcial; un argumento a fin de solicitar 1000 millones de CUC para la rehabilitación de miles de viviendas en la zona colonial.