El régimen cubano planea importar carros eléctricos, para de esta forma disminuir el consumo de combustible, que cada vez es más escaso en la isla.
Según reportó Cubadebate, este tema se discutió durante el XII Congreso Internacional Universidad 2020, desarrollado en el Palacio de Convenciones de La Habana hasta el viernes.
De acuerdo con el medio oficialista, la propuesta se gestó en las universidades de Cienfuegos y la Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (Cujae), y la dirección de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Educación Superior.
Agregan que ya esta idea tiene su primera experiencia en la empresa Aguas de La Habana, que cuenta en su flota con 22 vehículos eléctricos.
Ramsés Montes Calzadilla, director de Política y Estrategia Energética del Ministerio de Energía quiere electrificar el 10 ó 15 por ciento de la flota automotriz estatal que no tiene tantos años de explotación.
Desde enero pasado, ADN Cuba informó que las colas de la llamada "coyuntura", anunciada en septiembre de 2019 por Miguel Díaz-Canel, volvieron.
El 10 de febrero La Habana se despertó con filas enormes de automóviles a la espera de comprar combustible, al parecer, desaparecido.
Las imágenes publicadas por Patrick Oppmann, corresponsal de CNN en La Habana, muestran las colas en las cercanías de las gasolineras, como ya se ha hecho habitual, no sólo en La Habana.
Por otra parte, el 8 de febrero, un reporte de Radio Coco, emisora de la capital cubana, orgullosamente exponía que en La Habana Vieja "aún se mantienen y fortalecen las medidas aplicadas durante el mes de septiembre, cuando el país se vio obligado a disminuir el consumo de combustible".
En concreto, estaban movilizando a los inspectores de tránsito para que detuvieran a los autos con chapa estatal para cargar personas en las estaciones de ómnibus, práctica conocida en la capital, pero que por “la coyuntura”, cobró vigor.
Ese mismo día, publicaciones en Facebook del usuario Héctor C S R enseñaron lo difícil que resultó para muchos adquirir gasolina en el Cupet de La Shell, en Guanabacoa. A juzgar por sus comentarios, fotos y hasta un video, la estabilidad en el suministro de combustibles está lejos de llegar a la isla, siempre dependiente de amigos foráneos y no de sus propios esfuerzos productivos.