Congresista cubanoamericana Nicole Malliotakis arremete contra el castrismo

La congresista de origen cubano Nicole Malliotakis señaló al régimen castrista por sus “abusos de los derechos humanos” y por impedir el acceso en la isla a productos básicos, entre otras críticas
Congresista cubanoamericana Nicole Malliotakis arremete contra el castrismo. Fotomontaje: ADN Cuba
 

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La congresista de origen cubano Nicole Malliotakis señaló al régimen castrista por sus “abusos de los derechos humanos” y por impedir el acceso en la isla a productos básicos, con la imposición de tiendas estatales que solo venden mediante tarjetas con dólares estadounidenses, entre otras críticas.

Malliotakis, representante por un distrito de Nueva York, proviene de una familia de madre cubana que se exilió a la llegada de Castro al poder, y de padre griego.

“Los abusos de los derechos humanos de Cuba, la opresión, el sistema de doble moneda que impide el acceso de los cubanos a las necesidades básicas, el albergue de fugitivos estadounidenses y los misteriosos ataques a diplomáticos estadounidenses no deben ser recompensados”, expresó en Twitter la política republicana.

Con estas palabras, celebró Malliotakis un artículo de opinión que publicaran los representantes Mario Díaz-Balart y Michael McCaul. “Bien dicho”, agregó al compartir el artículo.

El texto, aparecido en el prestigioso The Wall Street Journal (WSJ) este lunes, el también congresista cubanoamericano Díaz-Balart señala que “en Cuba los terroristas encuentran refugio”.


A través de la columna de opinión, Díaz-Balart y McCaul explican cómo la maquinaria estatal cubana ha trascendido las fronteras de la Isla hasta llegar a países como Venezuela.

No siendo suficiente, “la dictadura cubana también trabajó con Hezbollah, un representante terrorista de Irán, para apuntalar al régimen de Maduro. En Cuba, los terroristas encuentran refugio. El régimen rechazó las solicitudes de extradición de Colombia luego de un atentado con bomba en 2019 que mató a 22 personas”.

Asimismo, los políticos aseguraron que el régimen de La Habana protege a fugitivos estadounidenses como la “asesina de policías”, Joanne Chesimard; el asesino y secuestrador Ishmail Muslim Ali; y el fabricante de bombas William Morales.

“Inexplicablemente, la administración Obama eliminó a Cuba como estado patrocinador del terrorismo en 2015. Este enero, la administración Trump corrigió ese error”, recuerda el político republicano.

Efectivamente, Trump, antes de su salida como presidente, incluyó a Cuba en la lista de Estados que se consideran patrocinadores del terrorismo. En la página oficial del Departamento de Estado se consignó que el señalamiento al gobierno castrista era por “brindar apoyo repetidamente a actos de terrorismo internacional al otorgar refugio seguro a terroristas”.

En su artículo, el cubanoamericano también mencionó los supuestos ataques sónicos de diplomáticos estadounidenses en la capital de la Isla, que siguen sin resolverse.

“Muchos miembros del personal estadounidense y sus familias sufrieron lesiones cerebrales debilitantes”, lamentó.

El artículo en el WSJ fija posición frente a recientes noticias de la posible mediación de la Unión Europea (UE) a favor del castrismo.

El alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, pedirá a EE.UU. que retire a Cuba de la lista de países patrocinadores estatales del terrorismo.

En una carta dirigida al diputado Javier Moreno Sánchez, presidente de la Delegación Socialista Española en el Parlamento Europeo, el funcionario aseguró que próximamente se reuniría con Biden y solicitaría esa medida.

Según Borrell, la maniobra de Trump no tiene fundamento debido al rol positivo que jugó La Habana en las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las guerrillas de izquierda que lo combaten desde hace 70 años.

Uno de los argumentos de Washington para incluir a Cuba en la “lista negra” fue justamente su complicidad con esos grupos armados, sobre el entendido que los Castro daban cobijo a sus miembros y apoyo financiero. Tanto las FARC como el ELN son considerados por Washington grupos terroristas y narcotraficantes.

La llegada de la administración demócrata de Joe Biden a la presidencia provocó esperanzas en distintos sectores de la clase política cubana, europea y estadounidense de un nuevo deshielo con La Habana. Se esperaba que el político de 78 reemprendiera el camino de Obama, de concesiones unilaterales al gobierno cubano, pero todo parece indicar que no será así.

 

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